Banderas antiguas, tristes, de victoria un tiempo amadas, tremolando están al viento y lloran, aunque no hablan. Sonaban las roncas voces de las destempladas cajas, y los pífanos, soberbios, calles y plazas arrancan. Estaba el Campeador humilde y manso en la cama, y sujeto a la inclemencia de la vengativa Parca. Hizo traer las reliquias […]