One, de U2

Cuando en mi decimoquinto cumpleaños mi hermano me regaló uno de los mis primeros discos de vinilo con los que comencé mi colección “vintage”, no podía imaginar que iba a descubrir a un grupo que marcaría bastante mi inclinación musical. Aquellos cuatro tipos treintañeros, de aspecto atractivo y desafiante, que se habían creado una merecida fama de rebeldes pacifistas y defensores de las causas imposibles de los más desfavorecidos durante la década de los ochenta, se habían despedido de su público en su ciudad natal, Dublín, en 1989, tras el gran éxito obtenido con su álbum The Joshua Tree. En cambio ahora volvían con mucha más fuerza, sabiduría y decisión, tras un largo calvario de dos años y duras y complicadas sesiones de grabación, donde la unión estuvo muy cerca de disolverse, pero con su séptimo álbum, Achtung Baby, donde los ritmos eran más palpitantes y las melodías se cargaban de electricidad y se comenzaron a escuchar por las discotecas donde yo dejaba pasar las horas más frenéticas de mi juventud, pero sobre todo una canción por encima de las otras se introdujo en mí para formar parte de la banda sonora de mi vida, me refiero a “One”, la cual, producida por Brian Eno y Daniel Lanois, como el resto del disco y gran parte de los trabajos de la banda, es uno de sus temas más representativos y ha llegado a ser un himno para muchos, quienes ven en esta canción una oda a la amistad.

Como ya habréis deducido los enteradillos en estos recovecos de partituras y pentagramas, me refiero al ya mítico grupo U2, una banda de rock irlandés que fue creada por cuatro chavales de bachillerato allá por el año 1976: El vocalista Paul Hewson, más conocido como “Bono”, el guitarrista David Evans (The Edge), el bajista Adam Clayton y el percusionista y actor Larry Mullen.

“One”, según palabras del mismo Bono, el autor de la letra, “es una canción de amistad y camaradería”, sin embargo, se ha querido encontrar en ella distintas interpretaciones y orígenes, algunas bastante dispares. Por ejemplo, con la aparición de su primer vídeo oficial, el versionado por Anton Crobijn y que fue rodado en Berlín, cuyos beneficios fueron en parte destinados a la lucha contra el SIDA, algunos críticos pensaron que se trataba de las confesiones de un joven gay enfermo de VIH a su padre:

Aunque, leyendo detenidamente la letra, estas afirmaciones parecen querer rizar el rizo y buscar algunas connotaciones, tal vez malintencionadas, que quizá no tenga… Está claro que aparece una voz protagonista que se dirige a otra persona y comienza con una serie de preguntas las cuales nos la descubren como un ser angustiado, que sufre por una relación o por una pérdida, pero ¿podría referirse a sí mismo?:

Is it getting better, or do you feel the same?
Will it make it easier on you, now you got someone to blame?
¿Te sientes mejor, o te sientes igual? 
¿Será más fácil para ti, ahora que puedes culpar a alguien? 

Este punto es duro, la verdad, pues tal vez se refiera a alguien que tenga un sentimiento de culpabilidad por algo, que no le deja ser feliz, pero no nos aclara nada, ni quién es, ni qué pasa… Sigamos:

You say one love, one life, when it's one need in the night. 
Tú dices un amor, una vida, cuando es una necesidad en la noche.

Se afirma que un amor es una vida, pero luego llega una contradicción, ya que sólo es una necesidad en la noche, ¿para quién?… ¿para el que habla?… ¿para el que escucha? ¿En general?…

One love, we get to share it 
Leaves you baby if you don't care for it. 
Un amor, que llegamos a compartirlo, 
te deja si tú no cuidas de él. 

En este punto, aunque la cosa parezca más clara, puede inducirnos a diferentes equívocos: ¿de qué tipo de amor habla?… ¿Realmente está hablando con otra persona o es una mera reflexión?…

Did I disappoint you or leave a bad taste in your mouth? 
You act like you never had love and you want me to go without.” 
¿Te decepcioné o te dejé un mal sabor en la boca? 
Actúas como si nunca tuvieras amor y quieres que yo prescinda de ello.

Parece que se van descartando el resto de las posibilidades y se va clarificando el del amor familiar, el de padres e hijos, pues estos versos llevan una gran carga de reproche que es más común en las relaciones filiales. Tengamos en cuenta que Bono perdió a su madre, Rankin Hewson, quien murió a causa de un aneurisma cerebral cuando él sólo tenía catorce años. Desde entonces vivió bajo la tutela de su padre, con el que nunca, al parecer, tuvo una excelente conexión. Fue un joven rebelde y conflictivo, e incluso tuvo que ser cambiado de colegio por lanzarle excremento de perro a una profesora, precisamente la de español, y no acabó sus estudios, como hubiera sido el deseo de su familia, buscando pronto el camino de la música, puesto que a los 16 años formó parte de una banda llamada Feedback, compuesta por Larry Mullen, David Evans (The Edge), Dick Evans y Adam Clayton, de la cual, años después, surgiría U2. Así púes, estas líneas tienen todo el aspecto de una discusión entre padre e hijo, aunque todavía no se pueda descartar por completo cualquier otra hipótesis. Más adelante continúa:

Well, it's too late tonight to drag the past out into the light. 
We're one, but we're not the same. 
We get to carry each other, carry each other... one.
Bien, es muy tarde esta noche para sacar el pasado a la luz. 
Somos uno, pero no somos lo mismo.
Conseguimos llevarnos el uno al otro, llevarnos el uno al otro ... uno. 

Aunque ahora parece más claro la relación familiar y que esta canción es como un reproche, como una llamada de atención, como la petición de alguna respuesta, no podemos descartar todavía la hipótesis de la reflexión…

Have you come here for forgiveness?
Have you come to raise the dead? 
Have you come here to play Jesus to the lepers in your head?
¿Has venido aquí a por el perdón? 
¿Has venido para resucitar a los muertos? 
¿Has venido aquí para jugar a Jesús con los leprosos en tu imaginación? 

Una presencia tras una prolongada ausencia que se intuye, con su vuelta retorna el pasado, pero ¿para qué?… ¿acaso espera que ocurra algún milagro?… Como vemos, cada vez más tiene el aspecto de una discusión familiar, no es tan frecuente este tipo de reproches entre amigo o amantes…Incluso parece alejarse de la reflexión y del monólogo…

Did I ask too much, more than a lot?
You gave me nothing, now it's all I got.
We're one, but we're not the same.
Well, we hurt each other, then we do it again.
¿Te pedí demasiado, más que demasiado? 
Tú no me diste nada, ahora es todo lo que tengo. 
Somos uno, pero no somos lo mismo. 
Bien, nos herimos el uno al otro, una y otra vez.

Creo que las dudas se nos aclaran y se va apareciendo ante nosotros la típica imagen de un padre y un hijo discutiendo sobre el pasado y sobre el presente y defendiendo el derecho particular del futuro, pero, claro, un padre y un hijo que han vivido una situación especial, llena de vacíos, de silencios, de actitudes equívocas, etc., que ahora salen como proyectiles lanzados contra el otro con la intención de derrotar, de humillar, de hacer daño…

You say love is a temple, love a higher law.
Love is a temple, love the higher law.
You ask me to enter, but then you make me crawl
and I can't be holding on to what you got, when all you got is hurt.
Tú dices que el amor es un templo, el amor una ley superior. 
El amor un templo, el amor la ley superior. 
Me pides que entre, pero luego haces que me arrastre 
y yo no puedo agarrarme a lo que tienes, cuando todo lo que tú tienes es dolor.

Y aquí le sale toda la amargura al hijo, todos los reproches que lleva guardados… Pero ahora me surge otra duda: ¿podría estar expresando una duda de fe?… “el amor es un templo, dice, una ley superior, pero cuando me pides que entre, haces que me arrastre” …Duras palabras… “no puedo agarrarme a lo que tienes porque todo lo que tienes es dolor” …

One love, one blood, one life, you got to do what you should.
One life with each other: sisters, brothers.
One life, but we're not the same.
We get to carry each other, carry each other.
One, one.
Un amor, una sangre, una vida, tienes que hacer lo que debes. 
Una vida con los otros: hermanas, hermanos. 
Tenemos la oportunidad de llevarnos unos a otros, llevarnos unos a otros.
Una vida, pero no somos lo mismo. 
Uno, uno.

En cambio, en esta última estrofa aparece de nuevo el tono reflexivo y da la sensación de dirigirse más a un ser superior, a un destino, parece como el lamento de una frustración, la imagen de un vacío… El grito sobre un mundo que no es amable, en el que reina el dolor, la tristeza, la injusticia…

Es realmente una letra confusa y desconcertante, en la que pueden caber diferentes puntos de vista, por supuesto, pero la cual es así premeditada y nunca, ni su autor ni los compañeros, han querido desentrañar su significado.

U2 tocó esta canción por primera vez en vivo el 29 de febrero de 1992 en Florida. Al año siguiente se formó una superbanda especial formada por el grupo R.E.M., y dos componentes de U2, Larry Mullen y Adam Clayton, llamada Automatic Baby quienes interpretaron “One” en un concierto de la MTV ante el presidente de los Estados Unidos  Bill Clinton:

Una de las últimas versiones de la canción fue la realizada por U2 junto a Mary J. Blige, que posteriormente fue tocada en los Grammys del 2006, y que apareció en el álbum de esa cantante, The Breakthrough.

Pero quiero cerrar este artículo con una última versión especial, la de Johnny Cash, el famoso cantante country norteamericano, quien a la edad de 69 años la incluyó en su trabajo definitivo, allá por el año 2001, donde parece darnos, en parte, la razón a nuestro anterior comentario, aunque da la sensación de querer ir mucho más lejos…

The rose, de Amanda McBroom

Pido disculpas si me he dejado llevar por el sentimentalismo… y no me refiero al hecho de aprovechar la situación temporal como una afectación fácil y trasnochada, no, esto no tiene nada que ver con febrero y menos con San Valentín, pero sí con el otro artículo que colgué hace unos pocos días, el dedicado a Janis Joplin… Sí, me he dejado llevar, pero no lo he querido evitar…

“La Rosa” (The Rose) es una canción escrita por la cantautora norteamericana Amanda McBroom, hija del actor David Bruce, que se hizo famosa por ser el tema principal de la película del mismo nombre y cuyo argumento está basado en la vida de Janis Joplin, por lo tanto, trata de la historia de una auto-destructiva estrella del rock de los años sesenta, a la cual interpretó la actriz y cantante Bette Midler. El film, en un principio, iba a titularse “La Perla” (The Pearl), como el último disco de la malograda artista, pero su familia se negó y no permitió a los productores que utilizasen los derechos de su historia. La película fue nominada para cuatro Óscar y la canción fue un gran éxito en la década de los ochenta. Esta es la única relación que tiene con Janis Joplin, aunque curiosamente, todavía hay mucha gente que le adjudica la autoría de la misma a ella, sin embargo, Janis murió en 1970, siete años antes de que la canción fuera compuesta.

La misma autora, Amanda McBroom, explicó como se generó este tema:

“La gente a menudo me pregunta qué me inspiró a escribir La Rosa. Esta es la historia: 

Yo estaba conduciendo por la autopista una tarde, en algún momento en 1977. 

Estaba escuchando una canción en la radio, se trataba de "Magdalena" de Danny O'Keefe, cantada por Leo Sayer. Me gustó de inmediato. Mi frase favorita fue "Tu amor es como una navaja de afeitar. Mi corazón es una cicatriz." Yo pensé, "Oh, me encanta esa letra." 

A medida que continuaba por el camino me vino la idea. No estoy de acuerdo con ese sentimiento. No creo que el amor sea como una navaja de afeitar. (Yo era más joven entonces.) ¿Cómo es, pues, el amor? De repente, fue como si alguien hubiera abierto una ventana en la parte superior de mi cabeza. Las palabras comenzaron a llegar. Tuve que seguir recitándolas mientras conducía cada vez más rápido hacia mi casa, y las repetía y las repetía para no olvidarlas. Llegué al camino de entrada, corrí hacia la casa, dejándola pasar desconcertados perros, gatos y maridos, y me senté en el piano. Diez minutos más tarde, “La rosa” estaba allí. 

Llamé a mi esposo, George, y se la interpreté, como siempre lo hacía con mis nuevas canciones. Él escuchó y tranquilamente me dijo: "Simplemente has escrito algo modélico." Yo protesté y dije que nadie más que mis amigos lo oirían jamás. (Esto fue mucho antes de que yo hubiera registrado nada). Él dijo: "Recuerda mis palabras, algo va a pasar con esta canción." 

Un año más tarde, un gran compositor joven llamado Michele Brourman, que se convirtió en mi principal colaborador musical y mi mejor amigo, dijo: "Escucha. Están acabando una película que se va a llamar "La Rosa". Buscan una canción con ese título. ¿Quieres presentar esto a ellos?" Yo nunca había pensado realmente en presentar esta canción a nadie. No me consideraba una escritora de canciones en aquel momento. Así que le dije: "Claro." Originalmente, la película había sido llamada “La Perla”, que era el apodo de Janis Joplin. Pero su familia negó el permiso para usar ese nombre. Por suerte para mí. "La Perla" es mucho más difícil de rimar. 

Presenté la melodía de los productores, quienes la despreciaron. Ellos pensaron que era aburrida y que no tenía que ver nada con el rock and roll. La pusieron en la caja de rechazos. Pero el divino Paul Rothchild, que era el supervisor musical de la película y había sido productor de Janis Joplin, la rescató y les pidió que lo reconsideraran. De nuevo volvieron a decir que no. Así que él se la envió a Bette. A ella le gustó y la introdujo en la película y mi vida cambió para siempre. 

Nunca mas he escrito otra canción tan rápido. Me gusta pensar que yo era la ventana que estaba abierta cuando esos pensamientos necesitaban salir adelante. Estoy eternamente agradecido a Bette ... .. . a Paul Rothchild ... a Bill Kerby, quien escribió el guión ... a mi amigo que la presentó por primera vez por mí ... y al Universo por hablarme en primer lugar y por mostrarme lo que yo realmente creo.

“The Rose”dice así:

Some say love it is a river // that drowns the tender reed. // Some say love it is a razor  // that leaves your soul to bleed. // Some say love it is a hunger,  // an endless aching need. // I say love it is a flower, // and you its only seed. // It’s the heart afraid of breaking // that never learns to dance. // It’s the dream afraid of waking // that never takes the chance. // It’s the one who won’t be taking, // who cannot seem to give. // And the soul afraid of dying // that never learns to live. // When the night has been too lonely // and the road has been too long, // and you think that love is only // for the lucky and the strong, // just remember, in the winter, // just beneath the bitter snow // lies a seed that with the sun’s love // in the spring becomes the rose.

Es una letra de esperanza, la que nunca tuvo Janis, de horizontes y de sueños por realizar… porque el amor, que todo lo arrasa, también es cálido y da vida… sólo hay que saber arriesgarse… Es una canción repleta de paz y sosiego, de la que muchos piensan alejada del estilo de aquella mujer a la que llegó a representar, pero podemos dudarlo, porque Janis todo lo interpretaba desde su alma y con el alma, aunque su espíritu confuso y errante surgiera tal como era en su voz, torturada y atormentada…

Dicen que el amor es como un río
que ahoga a los juncos jóvenes.
Dicen que el amor es como una cuchilla
que deja tu alma sangrando.
Dicen que el amor es como el hambre,
una interminable y dolorosa necesidad.
Yo digo que el amor es como una flor
y tú eres su única semilla.
El corazón que teme romperse,
nunca aprende a bailar.
El sueño que teme despertarse,
nunca aprovecha la oportunidad.
Es aquel que no querrá nadie,
que será incapaz de ofrecerse.
Y el alma temerosa de morir,
nunca aprende a vivir.
Cuando la noche ha sido tan solitaria
y el camino ha sido tan largo,
y tú piensas que el amor es sólo
para los afortunados y los fuertes,
entonces recuerda, que en invierno,
justo debajo de la fría nieve,
yace una semilla que, con el amor del sol,
en primavera se convertirá en la rosa.
 

La primera versión, la que abre el artículo, es la más conocida, la de Bette Midler y fue la oficial de la película y con la que se dio a conocer mundialmente, pero ahora me gustaría que escuchaseis la interpretada por la misma autora, Amanda McBroom, que nos recuerda un poco al estilo country y a la voz de Joan Baez, como podréis comprobar seguidamente:

Tal vez la voz que más se acercará a la personal de Janis Joplin fuera la de Bonnie Tyler, por lo desgarrada, aunque en esta versión está bastante comedida…

Conway Twitty llevó este tema hasta el numero uno de las listas americanas en 1983…

Y para la gente que ama el estilo más pastosillo, también está la versión del grupo irlandés Westlife, para que luego digan que aquella isla sólo saca gente como U2,Van Morrison, The Corrs, The Cranberries, Bob Geldof o Gary Moore, ¡qué va!… disfrútenla…

Gloria, de Patti Smith

La canción “Gloria” es una versión de la canción original del mismo nombre de la banda irlandesa Them, liderada por Van Morrison. Patti Smith le dio un toque personal y poético a la letra, añadiendo una introducción en la que declara su independencia y rebeldía frente a las normas religiosas y sociales. La canción forma parte de su álbum debut Horses, lanzado en 1975, y es considerada una de las obras maestras del rock and roll.

La letra de la canción está escrita en primera persona, y narra la atracción y el deseo que siente la narradora por una chica llamada Gloria, a la que conoce en una fiesta. La canción tiene un ritmo frenético y apasionado, y combina elementos del blues, el garage rock y el punk. La canción también hace referencia al reloj de la torre, que marca la medianoche, como un símbolo del tiempo y el destino.

La versión original de Van Morrison publicada en el álbum The Angry Young Them en 1964, y también como la cara B del sencillo ‘Baby, Please Don’t Go’, decía así:

Like I tell you about now my baby?
You know she comes around
About five feet four
I felt my head to the ground
She come 'round here
She come 'round 'bout midnight
Make me feel so good
Make me feel alright
And her name is
G... L... O... R... I... A
…
I'am gonna shout it all night
I'am gonna shout it every day
Yea, yea, yeaah
She come around here
Just about midnight
She make me feel so good
I wanna say she make me feel alright
Walking down my street
Come to my room
Knock upon my door
Then she come to my room
Makes me
…
Makes me feel
Baby, baby, baby
…
G-L-O-R-I-A (Gloria)
…
I'm gonna shout all night (Gloria)
I'm gonna shout every day (Gloria)
Ye yye yee (Gloria)
And that's alright
…
Gon' be, gon' be, gon be
Gonna be, gonna be, gonna be
Gonna be alright
Gon' be

El significado de la canción escrita por Van Morrison es el de expresar su pasión y su deseo por una chica llamada Gloria, a la que conoce en una fiesta. La canción es una declaración de amor adolescente, que usa el nombre de Gloria como un estribillo y un juego de palabras con el significado latino de gloria, que es fama o alabanza. La canción también refleja la influencia del blues y del rhythm and blues en el estilo musical de Van Morrison, que se inspiró en artistas como Howlin’ Wolf y John Lee Hooker. La canción tiene una estructura simple, basada en tres acordes, que la hace fácil de tocar y de versionar por otras bandas. La canción se convirtió en un clásico del garaje rock y del rock and roll, y ha sido considerada como una de las mejores canciones de todos los tiempos por varias revistas y medios especializados.

“Gloria” ha tenido muchas versiones a lo largo de los años, tanto en inglés como en otros idiomas. Algunas de las más conocidas son las siguientes:

La versión de The Doors, una banda de rock estadounidense que tocó la canción en varias presentaciones en vivo, con una letra más explícita y sexual que la original. Su versión fue incluida en el álbum Alive, She Cried en 1983, y también tuvo un video musical que fue censurado por su contenido.

Y la versión de Patti Smith, la cantante y poeta estadounidense que hizo una versión de la canción en su álbum debut Horses en 1975. Su versión añadió una introducción poética y personal a la letra, y expresó su rebeldía frente a las normas religiosas y sociales. Su versión es considerada una obra maestra del rock and roll. Veámosla:

Jesús murió por los pecados de alguien, pero no por los míos
perdida en un caldero de ladrones
tengo un comodín en la manga
impenetrable corazón de piedra
mis pecados son míos
me pertenecen a mí, a mí
la gente me dice “¡ten cuidado!”
pero no me importa
sus palabras son tan sólo
más normas y reglamentos para mí, para mí
Entro en una habitación, y me ves por allí con un aspecto tan imponente
me muevo en este ambiente, donde se puede hacer de todo
pero en esta fiesta únicamente me aburro
hasta que me asomo a la ventana, y veo esa cosa tan dulce y joven
montando en el parquímetro, apoyada en el parquímetro
pero que buena está, que bonita es
y tengo esa loca sensación que luego la voy a hacer mía
la voy a hechizar
aquí viene
bajando por la calle
aquí viene
atravesando mi puerta
aquí viene
subiendo lentamente por mi escalera
aquí viene
avanzando tan fresca por el pasillo
con su precioso vestido rojo
y que buena está, que bonita es
y tengo esa loca sensación que la voy a hacer mía
y entonces alguien llama a mi puerta
está llamando a mi puerta
y miro hacia arriba al gran reloj de la torre
y digo “¡OH dios mío es medianoche!”
y la niña entra por mi puerta
se apoya en el sofá, me susurra y decido lanzarme
y estuvo tan bien, y estuvo tan estupenda
voy a contarle al mundo que ahora es mía
y la dije, cariño, dime tu nombre, y me dijo su nombre
me susurró, y me dijo su nombre
y su nombre es, su nombre es, su nombre es, su nombre es G-L-O-R-I-A
G-L-O-R-I-A Gloria G-L-O-R-I-A Gloria
G-L-O-R-I-A Gloria G-L-O-R-I-A Gloria
Estaba en el estadio
Había veinte mil chicas gritándome sus nombres
Marie y Ruth pero para decirte la verdad
No las oí, No las vi
Dejé que mi mirada se elevara hacia el gran reloj de la torre
y oí esas campanadas doblando en mi corazón
going ding dong ding dong ding dong ding dong.
ding dong ding dong ding dong ding dong
contando las horas, y luego viniste a mi cuarto
y me susurraste y nos lanzamos
y estuviste tan bien, estuviste tan estupenda
y tengo que contarle al mundo que es mía, es mía
es mía, es mía, es mía, es mía
G-L-O-R-I-A Gloria G-L-O-R-I-A Gloria G-L-O-R-I-A Gloria,
G-L-O-R-I-A Gloria
y las campanas de la torre repican “din-dan, din don”
están cantando “Jesús murió por los pecados de alguien, pero no los míos.”
Jesus died for somebody's sins but not mine
Meltin' in a pot of thieves
Wild card up my sleeve
Thick heart of stone
My sins' my own
They belong to me, me
People say "beware!"
But I don't care
The words are just
Rules and regulations to me, me
I-I walk in a room, you know I look so proud
I'm movin' in this here atmosphere, well, anything's allowed
And I go to this here party and I just get bored
Until I look out the window, see a sweet young thing
Humpin' on the parking meter, leanin' on the parking meter
Oh, she looks so good, oh, she looks so fine
And I got this crazy feeling and then I'm gonna ah-ah make her mine
Ooh I'll put my spell on her
Here she comes
Walkin' down the street
Here she comes
Comin' through my door
Here she comes
Crawlin' up my stair
Here she comes
Waltzin' through the hall
In a pretty red dress
And oh, she looks so good, oh, she looks so fine
And I got this crazy feeling that I'm gonna ah-ah make her mine
And then I hear this knockin' on my door
Hear this knockin' on my door
And I look up into the big tower clock
And say, "oh my God here's midnight!"
And my baby is walkin' through the door
Leanin' on my couch she whispers to me and I take the big plunge
And oh, she was so good and oh, she was so fine
And I'm gonna tell the world that I just ah-ah made her mine
And I said darling, tell me your name, she told me her name
She whispered to me, she told me her name
And her name is, and her name is, and her name is, and her name is G-L-O-R-I-A
G-L-O-R-I-A Gloria G-L-O-R-I-A Gloria
…
I was at the stadium
There were twenty thousand girls called their names out to me
Marie and Ruth but to tell you the truth
I didn't hear them I didn't see
I let my eyes rise to the big tower clock
And I heard those bells chimin' in my heart
Going ding dong ding dong ding dong ding dong
Ding dong ding dong ding dong ding dong
Counting the time, then you came to my room
And you whispered to me and we took the big plunge
And oh. you were so good, oh, you were so fine
And I gotta tell the world that I make her mine make her mine
Make her mine make her mine make her mine make her mine
G-L-O-R-I-A Gloria G-L-O-R-I-A Gloria
…
And the tower bells chime, "ding dong" they chime
They're singing, "Jesus died for somebody's sins but not mine."
Gloria G-L-O-R-I-A Gloria G-L-O-R-I-A Gloria G-L-O-R-I-A
…

Cecilia y sus espejismos

Seguramente, para aquellas personas que hoy disfrutan de su pletórica juventud, el nombre de Cecilia no les dirá mucho, o prácticamente nada, aunque algunas de sus composiciones continúen estando tan frescas como cuando fueron creadas y ciertas versiones de ellas alcancen algún que otro éxito en la actualidad, interpretadas por otras voces, sin embargo, esta mujer, que realmente se llamaba Evangelina Sobredo Galanes, ocupó un lugar predominante en la música española de la década de los setenta y sus letras fueron coreadas por los jóvenes seguidores de aquella época, con idéntica entrega como los fans de hoy lo hacen con sus estrellas mucho más modernas.

Cecilia, nombre adoptado de la canción de Simón & Garfunkel que por aquellos tiempos hacía furor, nació en el seno de una familia acomodada e influyente en la localidad de El Pardo, Madrid, un 11 de octubre de 1948. Hija de un diplomático, ella y sus siete hermanos recibieron una educación esmerada y cosmopolita, pues vivieron en diversos países como Reino Unido, Estados Unidos, Portugal, Argelia o Jordania, por lo que dominaba el inglés igual que el español, defendiéndose bien en otros idiomas, y era conocedora de diversas culturas, lo que le dio ese carácter abierto, libre y rebelde que caracterizaría su obra posterior.

Dicen que una monja norteamericana, profesora de la muchacha en sus años Yankees, fue la impulsora de su carrera musical, no lo podemos asegurar, pero lo que sí sabemos a ciencia cierta es el disgusto que les dio a sus atildados progenitores cuando les informó sobre su decisión de dejar los estudios de Derecho, más acorde a su posición social, para dedicarse al mundo de la farándula… Eso que salimos ganando el resto…

Pero los sobresaltos para una familia tan apegada al régimen del momento no acababan nada más que a empezar, pues la niña les salió contestataria y le dio por escribir canciones con unas letras de bastante calidad poética y muy por encima de lo que en aquellos momentos se hacía en este país de fiesta y pandereta y, no contenta con ello, las rellenó de una carga existencialista y de protesta que no encajaban en nada con lo que su estirpe representaba.

Allá por el año 1970 grabó su primer disco sencillo que, para quienes no los hayan conocido, eran unos pequeños discos de vinilo con sólo dos canciones, una, la que se deseaba lanzar a la fama, por la cara “A”, y otra por la cara “B”, las cuales estaban grabadas a 45 revoluciones por minuto; luego había, entre otros, los LP o larga duración, que podían durar hasta 45 minutos por cada cara y donde se grababan sobre veinte canciones, dependiendo de la duración, a 33 revoluciones. Bueno, pues lo dicho, allá por el año 1970 grabó su primer sencillo junto con Nacho Saez de Tejada, quien luego formaría parte del grupo “Nuestro Pequeño Mundo”, y Julio Seijas, quien se agruparía con “La Compañía”, titulado Expresión y que contenía dos canciones cantadas en inglés: Try catch the sun y Have you ever had a blue day?, las cuales, la verdad, casi nadie recuerda.

Un año después apareció su primer sencillo en solitario, que tampoco tuvo un éxito muy importante, pero que supuso una declaración de lo que iba a ser su estilo, el cual quedaría patente en su primer LP, grabado en 1972, titulado Cecilia y donde entre otras canciones, tanto en español como en inglés, aparecía su primer gran éxito Dama, dama que, curiosamente, apareció como cara “B” del sencillo por miedo a la censura del régimen franquista, y que trataba del espejismo que suponía las apariencias de una mujer, rica, creyente, culta y amante esposa quién, sin embargo, se dejaba llevar por los instintos y engañaba a su marido con un “vividor”. Con ella quería hacer una crítica de la hipocresía de esa burguesía dominante que defendía unas ideas y practicaba otras muy distintas y a la cual ella conocía bien pues se había movido siempre entre sus componentes. Esta canción fue considerada una provocación que no le granjeó muchas amistades entre unos, pero sí sinceras simpatías entre otros:

Puntual cumplidora 
del tercer mandamiento, 
algún desliz inconexo, 
buena madre y esposa 
de educación religiosa.

Y si no fuera por miedo, 
sería la novia en la boda, 
el niño en el bautizo, 
el muerto en el entierro, 
con tal de dejar sello.

Dama, dama, de alta cuna, 
de baja cama, 
señora de su señor, 
amante de un vividor. 

Dama, dama, que hace 
lo que le viene en gana, 
esposa de un señor, 
mujer por un vividor.

Ardiente admiradora 
de un novelista decadente, 
ser pensante y escribiente, 
de algún versal autora, 
aunque ya no estén de moda.

Conversadora brillante 
de cóctel de siete a nueve, 
hoy nieva, mañana llueve, 
quizás pasado truene, 
envuelta en seda y pieles.

Dama, dama… (etc).

Devoradora de esquelas, 
partos y demás dolores, 
emisora de rumores, 
asidua en los sepelios 
de muy negros lutos ellos.

El sábado arte y ensayo, 
el domingo en los caballos 
en los palcos del real, 
los tés de caridad 
jugando a remediar. Es una…

Dama, dama… (etc.).

En el mismo álbum podemos disfrutar de otra canción donde aparece un tema recurrente en la creación de Cecilia: la mujer amante, utilizada, abandonada y sola ante un mundo de sentimientos confusos y encontrados, me refiero a Señor y dueño, la canción preferida de la autora, según sus propias palabras.  En estas letras se describe ese espejismo tan común: el de considerar a la persona que amas mucho mejor de lo que quizá sea en la realidad, la idealización de la persona querida, la ofuscación de nuestra razón rodeada de la niebla del deseo:

Eres como la arena 
que se escapa entre mis dedos, 
te tengo y no te tengo, 
eres casi como un sueño.

Señor y dueño 
de mi alma 
y de mi cuerpo.

Eres como la noche que 
se funde con mi tarde 
y te vas sin un alarde, 
eres mi ensueño.

Señor y dueño 
de mi alma 
y de mi cuerpo.

Eres como la barca 
que en mi puerto atraca 
y al nacer la mañana te marchas, 
eres mi empeño.

Señor y dueño 
de mi alma 
y de mi cuerpo.

Eres como la niebla 
que me envuelve en tu deseo 
me confunde en su misterio, 
yo fui tu leño.

Señor y dueño 
de mi alma 
y de mi cuerpo.

Su segundo LP apareció en 1973 con el título, no demasiado original, para que vamos a engañarnos, de Cecilia 2. La provocación aparece ya en la portada donde una fotografía de Ontañon la mostraba simulando estar embarazada. En esta colección Cecilia nos habla de sus temores, de sus decepciones y nos abre los rincones más íntimos para expresarse de una forma clara y con pocas esperanzas sobre esos temas que le preocupan: la muerte, la soledad, los sueños incumplidos e incluso, sobre España…

El primer espejismo lo encontraremos en una canción bien escrita, con reminiscencias machadianas y que cualquier poeta tendría en bien firmar, Andar, que, quizá, sea la de contenido más positivo de todas. En ella, se busca el horizonte que cada persona quiere encontrar, aunque no dé con el rumbo y se limite a vagar sin orientación ni destino:

Aunque el camino sea estrecho, 
el polvo se pegue al cuerpo, 
aunque los vientos me arrastren, 
sigo mis sendas sin lastre. 

Andar como un vagabundo, 
sin rumbo fijo, sin meta, 
a vueltas de veleta, 
al soplo del viento al azar, 
el caso es andar, 
el caso es andar.

No me pertenece el paisaje, 
voy sin equipaje por la noche larga, 
quiero ser peregrino por los caminos de España, 
quiero ser peregrino por los caminos de España.

No me propongo destino, 
no quito puestos a nadie, 
porque mi puesto es el aire, 
como el olor del buen vino.

Sabiendo que nunca es tarde, 
mi pie siempre en el estribo, 
y cada paso que piso, 
un paso menos que dar, 
el caso es andar, 
el caso es andar.

No me pertenece el paisaje, 
voy sin equipaje por la noche larga, 
quiero ser peregrino por los caminos de España, 
quiero ser peregrino por los caminos de España.

No dejo rastro ni huella, 
por no ser ni soy recuerdo, 
yo paso haciendo silencio 
sin ser esclavo del tiempo.

Por límite el horizonte 
y por frontera la mar, 
por no tener ni tengo norte 
y no sé lo que es llegar, 
el caso es andar, 
el caso es andar.

No me pertenece el paisaje, 
voy sin equipaje por la noche larga, 
quiero ser peregrino por los caminos de España, 
quiero ser peregrino por los caminos de España.

Perteneciente al mismo álbum nos dejó Canción de amor, cuyo título parece una ironía pues más bien habla de todo lo contrario, reapareciendo el tema de la mujer enamorada que espera…

Espero tu paso en mi escalera, 
de siete a nueve, detrás de mi puerta, 
tu paso firme peldaño a peldaño, 
a veces deprisa, a veces despacio.

Quiero tu sombra junto a mi sombra, 
tu peso tibio sobre mi almohada, 
decir en silencio, decir sin palabras, 
tu boca dulce, mi boca amarga.

He visto llegar el alba, 
he visto nacer el sol 
en esta penumbra larga 
de mi habitación.

Siento tu mano sobre mi cara, 
palmo a palmo sobre mi piel, 
entre mi pelo deshilachado, 
desde mis ojos hasta mis pies.

Tuve tu cuerpo junto a mi cuerpo, 
mi cuerpo incierto, el tuyo fugaz. 
Quise llevarte en mis pobres venas, 
tenerte en mi sangre cuando te vas.

He visto llegar el alba,… (etc.)

Pero el tema más polémico y que le causó más preocupaciones fue Un millón de sueños…, puesto que la censura española consideraba que era un alegato contra la Guerra Civil Española y el TOP (Tribunal de Orden Público franquista) consideró que airear esa cifra, de muertos, que curiosamente coincidía con la utilizada por Gironella en su novela editada ese mismo año, era algo peligroso para el régimen, por lo que fue conducida ante la policía y, Cecilia, intentando salir de tal apuro, aseguró que para nada se refería a la guerra española, sino a la Guerra de los Seis Dias de la que fue espectadora vivencial al coincidir con su estancia en Jordania donde su padre era embajador por entonces… Vosotros juzgaréis… Sin embargo, yo pienso que aquí los espejismos se han vuelto fantasmas…

Ahora vivo a costa 
de un millón de muertos, 
(un millón de tumbas, 
un millón de espectros).

Ahora vivo a costa 
de un millón de cuerpos, 
(un millón de sombras, 
un millón de sueños).

¡Cuánta tumba! Ya no hay tierra 
para cavar en ella, 
para dejar sin nombre tanto hombre. 
¿Cuántos nombres en la historia 
son dueños de las glorias...? 
¿Cuántos hombres cuestan las victorias...?

Ahora vivo a costa… (etc.)

¡Cuánta sangre se ha perdido! 
¡Cuánto honor herido 
en estas guerras crueles sin laureles! 
¡Cuánta hambre se ha pasado! 
Hambre por cada lado, 
hambre de paz, hambre de hombre honrado.

Ahora vivo a costa… (etc.)

¡Cuántas lágrimas lloradas 
para lavar las llagas! 
¡Para olvidar los muertos con el tiempo! 
¡Cuántos ojos, cuántas caras! 
¡Cuántas vidas cortadas! 
¡Cuántas ilusiones enterradas!

Ahora vivo a costa… (etc,)

El éxito más rotundo lo consiguió con su tercer álbum: Un ramito de violetas, y no sólo por la canción que le da título, la cual está repleta de ternura y amor, donde un hombre enamorado, pero nada hábil para demostrarlo cara a cara, es capaz de mantener vivo el espejismo de su esposa en forma de ilusión y de ganas vivir, creándole la fantasía de un amante anónimo y oculto que le hace sentirse todavía joven y atractiva. Esta canción fue primero un cuento escrito por la misma Evangelina (Cecilia) en su adolescencia, pero que luego convirtió en un tema intemporal y poético:

Era feliz en su matrimonio 
aunque su marido era el mismo demonio, 
tenía el hombre un poco de mal genio 
y ella se quejaba de que nunca fue tierno. 
Desde hace ya más de tres años 
recibe cartas de un extraño, 
cartas llenas de poesía 
que le han devuelto la alegría.

Quién la escribía versos dime quien era 
quién la mandaba flores por primavera, 
quién cada nueve de noviembre, 
como siempre sin tarjeta, 
la mandaba un ramito de violetas.

A veces sueña y se imagina 
cómo será aquel que tanto la estima, 
sería un hombre más fiel de pelo cano, 
sonrisa abierta y ternura en las manos. 
No sabe quién sufre en silencio, 
quién puede ser su amor secreto 
y vive así de día en día 
con la ilusión de ser querida.

Quien la escribía versos dime era… (etc.)

Y cada tarde al volver su esposo 
cansado del trabajo la mira de reojo, 
no dice nada porque lo sabe todo, 
sabe que es feliz, así de cualquier modo, 
porque él es quién le escribe versos, 
él, su amante, su amor secreto, 
y ella que no sabe nada, 
mira a su marido y luego calla.

Quien la escribía versos dime quien era… (etc.)

Pero este álbum es mucho más. Aparte de recordarnos en algunos momentos a Machado, en otros incluso parece evocar algunos ecos becquerianos, pero, sobre todo, nos habla de las cosas comunes y populares de la España tradicional y sobre las cosas de siempre: el cura cargado de pequeños vicios en Don Roque, el montaje pseudo religioso-festivo-folklórico de La primera comunión, el recuerdo de la ciudad española por excelencia en Sevilla, o el tema redundante de la cantautora, el amor perdido, el amor ausente, en Nuestro cuarto o Tu retrato. Pero sobre todo queda ese himno que dedica a su tierra y a la libertad, en un año, 1975, en el que agonizaba un periodo oscuro de la historia de esta tierra tan acostumbrada a oscuridades, pero tan llena de luces y colores… y de esperanzas… Es el espejismo que hemos hecho nuestro, es nuestra marca de raza y nuestra identidad. Así lo dejó de claro Cecilia en Mi querida España:

Mi querida España, 
esta España mía, 
esta España nuestra. 
De tu santa siesta 
ahora te despiertan 
versos de poetas. 
¿Dónde están tus ojos?, 
¿dónde están tus manos?, 
¿dónde tu cabeza? 
Mi querida España, 
esta España mía, 
esta España nuestra.

Mi querida España, 
esta España mía, 
esta España nuestra. 
De las aras quietas, 
de las vendas negras 
sobre carne abierta. 
¿Quién pasó tu hambre?, 
¿quién bebió tu sangre 
cuando estabas seca? 
Mi querida España, 
esta España mía, 
esta España nuestra.

Mi querida España, 
esta España mía, 
esta España nuestra. 
Pueblo de palabra 
y de piel amarga, 
dulce tu promesa. 
Quiero ser tu tierra, 
quiero ser tu hierba 
cuando yo me muera. 
Mi querida España, 
esta España mía, 
esta España nuestra.

Ese mismo año fue seleccionada por Televisión Española para representar a España en el Festival de la OTI (Organización de Televisión Iberoamericana) y ella, a pesar de ser contraria a ese tipo de eventos, aceptó sin mucho entusiasmo y compuso para ello la canción titulada Amor de media noche, trabajo del que nunca se sintió satisfecha, pues consideraba que estaba demasiado recargado de tópicos y lugares comunes de un romanticismo un poco trasnochado, pero realmente nos sirve para comprobar el descubrimiento de la cruda realidad cuando termina una relación sentimental en la que una de las partes, la mujer, en este caso, no ha recibido lo mismo que ha dado y donde de nuevo aparece el tema de la mujer objeto y del hombre que no da amor, simplemente lo usa… volvemos al mismo espejismo…:

Me has mirado como quien mira el mar, 
como un lujo que debes conservar, 
yo no quiero ser tu sombra en un rincón, 
la muñeca que no tiene opinión.

Has comprado el silencio de mi voz 
con amor que al fin no es más que amor, 
yo no soy la marioneta de cartón, 
el juguete que baila en tu guiñol.

Adiós amor de medianoche, 
hoy mi voz quiere gritar, 
abre tu puerta y déjame volar, 
volar en libertad.

Quiero romper mis viejos lazos, 
quiero ser mía y nada más, 
quiero dejar lo que me has dado 
y no mirar atrás.

Te regalo las horas que viví 
entre cuatro paredes junto a ti, 
quédate con mis recuerdos, 
yo me voy, aun más lejos 
pues ya lejos estoy.

Adiós amor de medianoche, 
hoy mi voz quiere gritar, 
abre tu puerta y déjame volar, 
volar en libertad.

Con este mismo título, grabó su último LP que, como algo premonitorio, consistía en una recopilación de sus mejores canciones, pues poco después, el 2 de agosto de 1976, volviendo de una de sus actuaciones en Galicia, encontró la muerte en un desafortunado accidente de coche al cruzar la localidad zamorana de Colina de Trasmonte. Junto con ella también falleció el batería de su grupo, Carlos de la Iglesia. Todavía, antes de morir, salió un sencillo con las canciones Tú y yo y Una guerra, y un mes después del suceso, otro con El viaje y Lluvia. Sin embargo, cuando en 1996 surgió a la luz un doble álbum con sus canciones interpretadas por diversos cantantes como Miguel Bosé, Ana Belén, Merche Corico, Julio Iglesias, Manolo Tena y un largo etcétera, apareció una canción inédita de Cecilia, cantada por ella y con sólo una guitarra de acompañamiento, cuyo título, Desde que tú te has ido,  no podía ser más adecuado para recordar a esta mujer que, en sólo seis años, supo ganarse el corazón de los españoles que, como ella, sabían que los espejismos alguna vez se vuelven realidad…

Desde que tú te has ido, 
desde que te has marchado, 
mis manos tienen frío 
por no tener tus manos.

Desde que tú te has ido, 
desde que me has dejado, 
yo sólo soy la sombra 
de aquella que has amado.

Y en mi jardín pequeño 
de sueños y esperanzas, 
hay un rumor a invierno amor, 
sin ti no tengo nada. 
Hay un rumor a invierno amor, 
sin ti no tengo nada.

Desde que tú te has ido, 
desde que me he quedado 
en esta casa nuestra, 
es que me falta algo.

No sé si es el aire,  
no sé si es la luz, 
pero cuando miro, amor, 
sé que me faltas tú. 
Pero cuando miro, amor, 
sé que me faltas tú.

Si de tus labios tiernos 
bebí todo mi canto, 
ahora y en silencio, amor, 
quiero llorar mi llanto. 
Ahora y en silencio, amor, 
quiero llorar mi llanto.

Castillos en el aire

Hay una época en la vida de toda persona en la cual se cree posible lograr todo aquello que va surgiendo a cada paso, es ese periodo de la vida en el que, todavía con las ilusiones intactas, te asomas al balcón del futuro y lo que ves son horizontes y horizontes por conquistar; todo está ahí, al alcance de las manos, para tu disfrute, para tu gozo… y comienzas a crear efímeras quimeras que el tiempo y la realidad se irán encargando de destrozar.

Sí, es cierto, esto es una visión pesimista de la vida, pero no me negaréis que es la más generalizada, esa que la inmensa mayoría de la gente, que se considera sensata, posee y hace su lema, y de ella surgió esa frase que da título a nuestro artículo: “castillos en el aire”.

Hacer castillos en el aire es, según el Diccionario de la Real Academia Española: “Ilusiones lisonjeras con poco o ningún fundamento.”  Normalmente tiene este significado peyorativo y categórico y se emplea para rechazar ideas que se consideran irrealizables. Pero también puede tener un significado positivo que está estrechamente enlazado con el sentimiento de libertad y la capacidad de soñar.

En esta sociedad que hemos creado en común, pero de la que sólo unos pocos se aprovechan, esta sociedad donde los gobiernos se llaman “agencias de recalificación” y los reyes no tienen sangre azul, ni son nobles de espíritu como en los cuentos, sino que su único mérito es vivir de las miserias del resto con títulos como “Director”, “Presidente” etc, soñar está devaluado… cotiza a la baja… Y que conste que no me refiero a esos “sueños” que las entidades bancarias pretenden hacer realidad, porque, a la vista está, esos sí que se volvieron una pesadilla…

Soñar es ser libre porque sólo tú eres dueño de tus sueños y el mundo ha avanzado porque muchos locos y locas soñaron que algo podía estar mejor… No soñar es aceptar lo poco que se tiene, es conformarse con una realidad que te va consumiendo, es rodearse de un muro de lógica que llegará algún día a aplastar tu personalidad, alienándote, transformándote en un clon fabricado y preparado para el consumo, el despilfarro y el beneficio fácil. Pero los sueños son algo intangibles, algo inmaterial que no se puede, por mucho que se empeñen, comprar ni vender… Entonces, ¿cómo van a tener buena prensa actualmente?… ¿No habéis oído nunca esa frase de “soñar es gratis”?…

Pues bien, cuando yo estaba en esa época de la vida en la que los únicos bancos que frecuentaba eran los de los jardines, en la que cuando me preguntaban, “¿cuánto interés tienes?”, sabía que se referían a mi inclinación por alguna muchacha, en la que llamaba bolsa a la cartera de mis libros de texto y en la que cuando alguien me daba crédito, es que creía en mí… en esa época andaba por estas tierras un trovador argentino que nos hizo soñar con sus poemas, me refiero a Alberto Cortez.

Y hubo una canción en especial, “Castillos en el aire”, de la cual nos apropiamos mis amigos, aquellos tontos románticos, y yo para hacer de ella nuestro talismán al que recurríamos cada vez que la realidad nos sobrepasaba. Y, lo aseguro, funcionaba… Pero un buen día, no se cuando, la lógica nos encerró entre sus muros: dejamos de visitar los bancos del parque para ir a pedir créditos a una entidad donde un desconocido nos hablaba de unas acciones de bolsa que tenían mucho interés… y nos creímos el cuento… y nos olvidamos de nuestra canción.

Pero ahora, cuando estoy dudando si engrosar las filas de los indignados o romper con todo y volverme un ermitaño, ha vuelto a mí, no sé cómo, pero tan fresca y lozana como en aquellos tiempos y he vuelto a creer que todavía hay esperanza, porque hoy, amigos, he tenido un sueño…

Castillos En El Aire
Alberto Cortez


"Quiso volar igual que las gaviotas,
libre en el aire, por el aire libre
y los demás dijeron, ""¡pobre idiota,
no sabe que volar es imposible!"".

Mas él alzó sus sueños hacia el cielo
y poco a poco, fue ganando altura
y los demás, quedaron en el suelo
guardando la cordura.

Y construyó, castillos en aire
a pleno sol, con nubes de algodón,
en un lugar, adonde nunca nadie
pudo llegar usando la razón.

Y construyó ventanas fabulosas,
llenas de luz, de magia y de color
y convocó al duende de las cosas
que tiene mucho que ver con el amor.

En los demás, al verlo tan dichoso,
cundió la alarma, se dictaron normas,
""No vaya a ser que fuera contagioso...""
tratar de ser feliz de aquella forma.

La conclusión, es clara y contundente,
lo condenaron por su chifladura
a convivir de nuevo con la gente,
vestido de cordura.

Por construir castillos en el aire
a pleno sol, con nubes de algodón
en un lugar, adonde nunca nadie
pudo llegar usando la razón.

Y por abrir ventanas fabulosas,
llenas de luz, de magia y de color
y convocar al duende de las cosas
que tienen mucho que ver con el amor.

Acaba aquí la historia del idiota
que por el aire, como el aire libre,
quiso volar igual que las gaviotas...,
pero eso es imposible..., ¿o no?...

Alberto Cortez, compositor, cantante y poeta, nació en Rancul, provincia de La Pampa (Argentina), en 1940. Estudió música desde pequeño y ya componía a los doce años. Con veinte viaja hasta Europa en un barco y se establece en Bélgica, donde grabará su primer disco. Sus canciones suelen estar basadas en hechos y en personajes reales. Títulos muy conocidos son: «En un Rincón del Alma», «Callejero», «Mi árbol y yo», «A partir de mañana», «Te llegará una rosa», «Castillos en el aire», «Cuando un Amigo se va» o «El Abuelo». Muy amigo del fallecido Facundo Cabral, colaboró en numerosas ocasiones con él. Así mismo ha editado varios libros de poemas como «Equipaje» (1977), «Soy un ser humano» (1985), «Almacén de Almas» (1993) o «Por los cuatro costados» (2007).

Esta expresión no es únicamente usada en castellano, en otros idiomas también es utilizada y con el mismo significado, así en inglés se dice “Castles In The Air”, como el título de la canción de Don McLean, que a continuación podéis escuchar. Pero también existen otras expresiones con la misma intención, aunque con un significante distinto, por ejemplo, en el francés: “Bâtir châteaus en Espagne” (construir castillos en España), con el significado de algo imposible o poco práctico, y su origen está ya en el siglo XIII, en el «Roman de la Rose”, y se usa con el verbo crear (construire) o construir (bâtir), y la causa fue la falta de castillos en las tierras españolas cuando la invasión musulmana, lo cual favoreció su rápida invasión.

Lo pequeño infinito

El rock, tipos duros, rebeldes, inconformistas, gente que habla sin complejos y dice lo que piensa… cuya música, rompiendo los esquemas del inicio, es ejemplo de libertad y osadía… Y sin embargo, hurgando en la trastienda de sus sentimientos se hallan preciosas baladas que ablandan cualquier corazón endurecido que alardea de insensibilidad, son sus momentos de las pequeñas cosas que ellos han sido capaces de elevar a lo más alto de las grandes creaciones que irán más allá del tiempo y la moda para ser catalogadas entre lo más grande de la música…

Seguro que, en esta selección, nos hemos quedado bastante cortos y muy lejos de realizar algo exhaustivo y, ni tan siquiera, acertado, pero sería imposible sintetizar la gran cantidad de buenas composiciones y fantásticos temas que se han escrito a lo largo de la historia de la música contemporánea. Sin embargo, seguro que todos los elegidos nos evocarán momentos que quedaron aparcados en el baúl de la nostalgia.

Comenzaremos con una canción mítica, una canción que emociona y hace pensar, una canción, “Dust in the wind”, que nos dice que tanto nosotros como nuestros sueños sólo somos polvo en el viento, una canción intemporal que quedará entre las grandes baladas de la historia. Fue compuesta por Kerry Livgren, el chico de Topeka que se construyó su primera guitarra eléctrica a partir de otra barata, un amplificador y un micrófono, siendo una de las primeras piezas acústicas del grupo Kansas, banda norteamericana de rock progresivo que alcanzó gran popularidad en la década de los 70, canción esta que rompía con el estilo propio del grupo por su melodía suave y su letra profunda y melancólica. En mitad de la misma aparece el violín de Robby Steinhardt que interpreta una melodía maravillosa la cual nos descubrió, a los adolescentes de aquellos tiempos, lo cerca que estaba el rock de la música sinfónica. Este tema apareció en larga duración Point of Know Return, de 1977 y supuso el mayor éxito del grupo, llegando incluso a las primeras posiciones de la lista de popularidad más cotizada en el momento musical del planeta, la Billboard Hot 100.

Su letra, profunda, negativa, sin esperanza, nos habla de lo poco que importamos, de lo poco que somos, de la pequeñez e insignificancia de nuestras personas:

Cierro mis ojos sólo por un instante 
y al momento se han ido todos mis sueños,
pasaron ante mis ojos 
como una curiosidad. 
Polvo en el viento, 
todo es polvo en el viento. 
La misma vieja canción, 
simplemente una gota de agua 
en un interminable océano, 
todo lo que hacemos 
se deshace en la tierra, 
aunque nos neguemos a verlo. 
Polvo en el viento, 
todo lo que somos 
es polvo en el viento. 
No te aferres a nada, 
pues nada dura para siempre 
excepto la Tierra y el Cielo. 
Todo se escapa 
y todo tu dinero 
no comprará otro minuto. 
Polvo en el viento, 
sólo somos 
polvo en el viento. 
Polvo en el viento, 
todo es polvo en el viento.

El siguiente tema, “Sound of silence”, fue compuesto por dúo de folk rock norteamericano Simon and Garfunkel, que allá por la década de los sesenta del pasado siglo hicieron estragos entre la juventud de los Estados Unidos y de Europa. Esta canción fue escrita en 1964 por Paul Simon tras el asesinato de John F. Kennedy con la pretensión de expresar el sentimiento general sobre aquel suceso. Apareció por primera vez en el álbum The sounds of silence y pronto llegó a ser un gran éxito de popularidad y ventas, siendo utilizada incluso en algunas películas como “El graduado”, “Watchmen” o “Bobby”.

Es otra letra de gran profundidad llena de soledad y angustia, donde el ser humano, a pesar de los miles que se congreguen, sólo puede lanzar al viento su impotencia ante lo que no comprende, ante la injusticia y el miedo a un monstruo, representado por las luces de neón, que ellos mismos han ayudado a crear y a engordar y por ello su fuerza está en algo tan insignificante y, a la vez, tan atronador, como el silencio, el sonido del silencio:

¡Hola, Oscuridad!, mi vieja amiga. 
He venido a hablar contigo otra vez,
 porque una visión, arrastrándose suavemente, 
dejó sus semillas 
mientras yo estaba durmiendo. 
Y la visión, que fue plantada 
en mi cerebro, todavía permanece 
dentro de los sonidos del silencio. 
En sueños, sin descanso, caminé 
solo por estrechas calles 
llenas de guijarros. 
Debajo del halo de una farola, 
me levante el cuello 
contra el frío y la humedad, 
cuando mis ojos fueron apuñalados 
por el flas de la luz de neón, 
que resquebrajaba la noche 
y acariciaba los sonidos del silencio. 
Y en la luz desnuda 
vi diez mil personas, 
quizás más, gente hablando 
sin conversar, gente oyendo 
sin escuchar, gente escribiendo 
canciones que las voces 
jamás compartirían, 
y nadie osó molestar 
a los sonidos del silencio. 
Y la gente se inclinó y rezó 
al dios de neón que habían creado. 
Y el cartel encendió su advertencia 
en las palabras que estaba formando, 
y los carteles decían que las palabras 
de los profetas están escritas 
en las paredes del subterráneo 
y en las salas del conventillo. 
Y le susurró los sonidos del silencio.

El final del amor, la pérdida de un sueño, es el tema principal de “Angie”, canción escrita por Keith Richards, el polémico y polifacético componente de los Rolling Stones, junto con Mick Jagger, el cantante y líder del grupo, quien la interpreta con su voz peculiar y su estilo desgarrado. La canción, que data de 1972, apareció un año después en el álbum Goats Head Soup, llegando a ocupar el número uno de la mayor parte de las listas de medio mundo. Se dice que Jagger fue en realidad el autor de la letra y que la escribió para Angela, la mujer de David Bowie, aunque el propio Jagger lo desmintió, con lo que el origen de la misma sigue siendo un secreto.

En ella alguien intenta convencer a Angie de que es el momento de terminar con su amor, aunque él la siga queriendo y que todas esas pequeñas cosas que hubo entre ellos seguirán ahí, pero ha llegado la hora de decir adiós:

Angie, Angie, 
¿Cuándo todas esas nubes desaparecerán?
¿A dónde nos conducirán desde aquí? 
Sin amor en nuestras almas 
y sin dinero en nuestros abrigos, 
no puedes decir que estemos satisfechos,
 pero Angie, Angie, 
tú no puedes decir que nunca lo intentamos. 
Angie, eres hermosa, 
¿pero no crees que ya es hora de decir adiós? 
Angie, yo todavía te amo, 
¿recuerdas todas aquellas noches 
que nosotros llorábamos?, 
¿todos aquellos sueños que parecían 
tan cercanos de realizar 
para que todo se escapara como el humo? 
Déjame susurrarte al oído, A
ngie, Angie, 
¿a dónde nos conducirá desde aquí?
¡Oh, Angie, no llores! 
Todavía tus besos saben dulces. 
Odio esa tristeza en tus ojos, 
pero Angie, Angie, 
¿no crees que ya es tiempo de decir adiós? 
Sin amor en nuestras almas 
y sin dinero en nuestros abrigos, 
no puedes decir que estemos satisfechos, 
pero Angie, Angie, 
aún te amo, pequeña 
y donde sea que mire 
siempre veo tus ojos. 
No hay ninguna mujer que se parezca a ti. 
Vamos mi niña, seca tus ojos, 
¿no es bueno estar vivo? 
Angie, Angie, 
nadie puede decir que nunca lo intentamos.

Ahora tendremos que descubrirnos ante uno de los más grandes temas de la historia del rock, nada menos que el famoso y controvertido “Stairway to Heaven”, del mítico grupo británico Led Zappelin. Esta canción fue compuesta, en 1971, por el guitarrista Jimmy Page, debatido personaje que fue acusado de prácticas ocultistas y, sin embargo, más tarde fue galardonado como miembro de la Orden del Imperio Británico por su labor de caridad en ayuda de las personas más desfavorecidas de Brasil, y el cantante Robert Plant, uno de los mejores vocalistas de toda la historia del rock, e incluida en el cuarto trabajo de estudio de la banda, Led Zeppelin IV, uno de los álbumes más vendidos de la historia y que, curiosamente, carece de título, llevando simplemente el número de orden de los creados por el grupo, a causa del poco éxito obtenido por su trabajo anterior. Este tema nunca fue editado en sencillo, sin embargo es una de las más oídas en las emisoras de radio de todo el mundo y el solo de guitarra que en él aparece está considerado por los entendidos como el mejor de todos los tiempos…

El tema de la canción es confuso y lleno de misterio y referencias hacia lo místico o esotérico, según algunos, llegando incluso a ser acusada de poseer contenido satánico si era escuchada al revés. Sin embargo, haciendo caso a las propias palabras de su creador, Robert Plant, simplemente “es el comienzo de la primavera, cuando los pájaros hacen sus nidos, cuando empiezan la esperanza y el nuevo año. Y no tiene nada que ver con esas cosas raras que se leen en América.” En la letra aparece mencionada una dama que no se sabe quién es, aunque el mismo autor dijo que era una representación de la Reina de Mayo, la que preside las fiestas de primavera, y en toda ella aparecen referencias a la naturaleza, los bosques, el viento… a la quimera de un mundo idílico y fantástico como el hecho de comprar una escalera al cielo…

Hay una dama que está segura 
de que todo lo que brilla es oro 
y ella compra una escalera al cielo. 
Cuando ella llega allí sabe 
si las tiendas están cerradas. 
Con una palabra puede obtener 
lo que vino a buscar. 
Y ella está comprando 
una escalera al cielo. 
Hay un letrero en la pared 
pero ella quiere estar segura  
porque a veces las palabras 
tienen dos significados. 
En un árbol junto al arroyo, 
hay un pájaro que canta. 
A veces todos nuestros pensamientos 
son dudosos. 
Me hace pensar,  
me hace pensar. 
Siento una cierta sensación 
cuando miro hacia el oeste 
y mi espíritu grita por irse. 
En mis pensamientos he visto 
anillos de humo entre los árboles 
y  las voces de los que se quedan 
mirando, me hacen pensar, 
realmente me hacen pensar. 
Y se murmura que pronto, 
si todos llamamos la melodía, 
el flautista nos conducirá a la razón. 
Y un día nuevo amanecerá 
para los que resistan 
y en los bosques resonarán las risas. 
Si hay alboroto en tu cercado, 
no te inquietes, 
sólo es una limpieza a fondo 
para la Reina de Mayo. 
Sí, hay dos senderos 
que se pueden seguir, 
pero a largo plazo 
todavía se está a tiempo 
de cambiar el camino. 
Y eso me hace pensar.  
Tienes la cabeza aturdida 
y no funcionará. 
Por si no lo sabías, 
el flautista te llama 
para que te unas a él. 
Querida dama, 
¿oyes soplar el viento?, 
¿y sabías que tu escalera 
está en el susurrante viento? 
Y mientras serpenteamos 
por el camino, nuestras sombras 
más altas que nuestra alma, 
por ahí anda una dama 
a la que todos conocemos 
que irradia luz blanca 
y quiere enseñar como todo 
aún se convierte en oro.  
Y si escuchas atentamente, 
la melodía te llegará al final. 
Cuando todos sea uno 
y uno sea todos 
para ser una roca y no rodar. 
Y va a comprar una escalera al cielo.

Roger Waters, bajista, vocalista, guitarrista, letrista y compositor es un hombre entregado por entero a la música, quien, tras la marcha de Syd Barrett del grupo por problemas provocados por el consumo de drogas, se convirtió en el líder conceptual de Pink Floyd. Él fue el autor de la canción “Wish you were here”, que apareció en el álbum del mismo nombre, en 1975, noveno trabajo de la banda y segundo de los llamados conceptuales. Todo el conjunto del álbum tiene como tema de fondo la decepción que le producía al autor la pérdida de camaradería entre los componentes del grupo, de ahí el título: “Ojalá estuvieras aquí”, y su frustración que le producía la industria de la música. La canción comienza con el sonido de una radio buscando emisoras, hasta que se detiene en el comienzo de la canción propiamente dicho. La introducción es tocada por David Gilmour con una guitarra de doce cuerdas que estaba preparada para dar la sensación de estar siendo escuchada en una vieja radio de transistores.

La soledad aparece de nuevo en esta canción. El ser humano decepcionado de la realidad y el deseo de que vuelva esa amistad perdida, vendida a la consecución de unas quimeras…

¿Así, así que crees que puedes 
distinguir el cielo del infierno, 
cielos azules del dolor? 
¿Puedes distinguir un campo verde 
de un carril de frío acero? 
¿Una sonrisa de un velo? 
¿Crees que lo puedes distinguir? 
¿Y pensaste que te harían cambiar
tus héroes por fantasmas? 
¿Cenizas calientes por árboles? 
¿Aire caliente por una brisa fresca? 
¿Fría comodidad por cambio? 
¿Y tú intercambiaste un paseo 
por parte de la guerra 
por un papel principal 
en una jaula? 
Como deseo, 
como desearía que estuvieras aquí.  
Somos sólo dos almas perdidas 
nadando en una pecera, 
año tras año, 
corriendo sobre la misma tierra vieja. 
¿Qué hemos encontrado? 
Los mismos viejos temores. 
Desearía que estuvieras aquí.

Hay momentos en la vida tan duros y trágicos que, si quien lo sufre tiene la sensibilidad de un artista, pueden surgir joyas como esta. «Tears in Heaven» (Lágrimas en el cielo), balada de Eric Clapton quien la escribió en memoria de su hijo Conor, el cual murió en 1991 al caer accidentalmente desde el piso 53 de un rascacielos en Manhattan, el niño tenía 4 años de edad. Clapton compuso esta canción nueve meses después y, al poco tiempo, ya se había convertido en uno de sus temas de más éxito. «Tears in heaven» formó parte de la banda sonora de la película Rush y ganó tres premios Grammy en 1993. Aparece en álbum Unplugged.

Clapton le pregunta a su niño muerto, quiere saber si esos pequeños grandes detalles, como saber su nombre, cogerle de la mano… se repetirían en el cielo igual que eran en la vida y luego reflexiona sobre lo duro que va a ser para él el paso del tiempo sin su pequeño.

¿Sabrías cómo me llamo 
si te viera en el cielo? 
¿Sería lo mismo 
si te viera en el cielo? 
Debo ser fuerte y seguir mi camino 
porque sé que no pertenezco 
a este trozo de cielo. 
¿Me cogerías de la mano 
si te viera en el cielo? 
¿Me ayudarías a levantarme 
si te viera en el cielo? 
Hallaré mi camino de día 
y de noche porque sé que no puedo 
quedarme aquí en el cielo. 
El tiempo puede abatirte, 
el tiempo puede ponerte de rodillas, 
el tiempo puede romperte el corazón 
y tenerte implorando piedad, 
implorando piedad. 
Detrás de la puerta habrá paz, 
estoy seguro, 
y sé que no habrá más lágrimas 
en el cielo.

Livin’ Thing es una de las canciones más importantes de la ELO (Electric Light Orchestra). Escrita por Jeff Lynne 1976, apareció en el álbum A New World Record . La canción comienza con los sonidos de violines y chelos que fueron clásicos en las composiciones del grupo y con una parte donde aparece la guitarra acústica. En los coros de la grabación de estudio, colaboró Patti Quatro, hermana de la cantante y actriz Suzi Quatro.

El tema de la canción fue muy polémico, pues los grupos antiaborto la utilizaron como símbolo de su causa por la letra del estribillo: “it’s a livin’ thing /it’s a terible thing to lose / it’s a given thing / what a terible thing to lose.” Jeff Lynne, sin embargo, aseguró que nada tenía que ver con ello, sino que esta letra se refería al dolor por la pérdida de un amor. Juzguen ustedes mismos…

Navegar en la cresta de una ola 
es como magia, 
rodar y montar y resbalar y deslizarse, 
es magia. 
Y tú y tu dulce deseo 
que me llevó más y más alto. 
Es un ser vivo, 
es una cosa terrible de perder, 
es una cosa dada, 
qué cosa más terrible que perder. 
Hacer creer esto es lo que tú concibes 
desde tu peor día moviéndose en línea, 
entonces tú miras hacia atrás 
en el tiempo, hacia tu primer día. 
Tomar una causa de inmersión 
no se puede detener la caída. 
Aguas abajo flotando. 
Así que vamos a ir, 
no comiences a estropear el espectáculo. 
Es un mal sueño.

Y concluimos con algo más animado, más positivo, más sencillo. “Give a little bit” es una canción escrita por Rick Davies y Roger Hodgson en 1977, miembros ambos del grupo de rock progresivo inglés Supertramp, creado por el millonario holandés Stanley August Miesegaes, gozó de gran popularidad a finales de los años setenta y a comienzos de los 80. Give a little bit fue uno de sus mayores éxitos como canción, aunque su álbum Even in the Quietest Moments, no fue el más vendido, sino que este honor se lo quitaron Crisis, what crisis? y Breakfast in America.

El tema de esta canción es, simplemente, la petición de un poquito de amor, sólo un poquito, porque el amor necesita poco para alimentarse, no le hace falta grandes festines, con poco crece y crece…

Da un poco, 
dame un poco de tu amor, 
da un poco. 
Yo te daré 
un poco de mi amor, 
hay tanto que necesitamos compartir. 
Así que envía una sonrisa 
y muestra que te importa. 
Daré un poco, 
te daré un poco de mi vida, 
así que da un poco, 
dame un poco de tu tiempo. 
Mira al hombre con los ojos solitarios, 
toma su mano, 
te sorprenderás. 
Da un poco, 
dame un poco de tu amor, 
yo te daré un poco 
de mi vida. 
Este es el momento 
que necesitamos compartir, 
así que encuéntrate a ti misma, 
estamos en nuestro camino, 
volviendo a casa, 
yendo a casa, 
¿no necesitas sentirte en casa? 
Oh si, vamos a cantar.

Y ésta ha sido la selección de grandes baladas rockeras que hablan de pequeñas cosas: el polvo en el viento, el sonido del silencio, el final de un amor (Angie), una utopía (Escalera al cielo), la añoranza (Ojalá estuvieras aquí), una pérdida (Lágrimas en el cielo), una cosa viva o el deseo de un poco de amor…

Tic – tac, por Raúl Molina

Tic-tac, tic-tac, mira el reloj, tic-tac, tic-tac, míralo otra vez. No es la misma hora, ha cambiado, ha pasado el tiempo. El instante que acabas de vivir ya no se va a repetir NUNCA, forma parte del PASADO. ¡Oh, el paso del tiempo! Todo lo cambia, todo lo muda, las más veces a mal como ocurre con las personas; es lo que llamamos la acción corrosiva del tiempo.

Pero ¿por qué nos preocupa el paso del tiempo? Muy sencillo, nos preocupa porque su control escapa de nuestras manos y porque ese inevitable paso de los años a razón de 60 segundos por minuto, 60 minutos por hora, 24 horas por día y 365,25 días por año nos transporta tranquilo y seguro hacia el irrevocable fin último que todos estamos condenados a sufrir algún día. Tratamos de resignarnos a ello, qué hacer si no, tenemos toda una vida para hacernos a la idea de que algún día, probablemente mañana o probablemente dentro de 60 años, acabarán nuestras andanzas por el mundo de los vivos, criaremos malvas, nos iremos al barrio de los callados… Cualquier expresión eufemística sirve si no queremos ser muy explícitos. Si por el contrario deseamos serlo podemos decir simplemente que algún día, uno y solo uno, moriremos. Sin embargo, y pese a tener toda una vida para hacernos a la idea, no conseguimos aceptar que algún día todo se acabará para nosotros. Por eso existen las religiones, por eso las personas tratan de distraerse con las tonterías más insignificantes cuando saben que se acerca el fin y por eso existen poesías que están dedicadas al paso del tiempo y a la inevitable preocupación que este causa en los poetas. De esta forma, el poeta plasma en el papel sus preocupaciones, que son también las preocupaciones de todas las personas (por tanto, hablaremos de unas poesías universales, es decir, válidas para todas las personas), y así consigue, al menos por un tiempo, que esas “malvadas” ideas sobre la muerte dejen de planear por su mente. Es una especie de catarsis (recordaréis este término del artículo del mes pasado).

El paso del tiempo es un tema transversal en la historia de la poesía, es decir, se ha tratado durante todos los períodos poéticos como vamos a ver a continuación.

Uno de los poetas que dedicó una parte importante de su obra al tema del “tempus fugit” fue Francisco de Quevedo. Para él el tiempo, y por tanto también la muerte, son elementos que destruyen la hermosura y el amor. Uno de los poemas suyos más estudiados es el Salmo XVII. En este poema de carácter muy visual el poeta recorre, en los dos cuartetos y el primer terceto, distintos espacios (patria, que puede ser la ciudad o el país; el campo y los espacios naturales; los espacios personales como la casa) yendo de los más generales a los más particulares.  Cada uno de ellos muestra claros signos de decadencia y abandono, en un lenguaje que va apuntando de forma progresiva a la muerte, que finalmente se manifiesta en el último terceto. No solo es la decadencia y la cercanía de la muerte para el poeta lo que intenta mostrar, sino que también plasma el fin inminente del antaño glorioso Imperio, que se está desmoronando por las malas gestiones de los Austrias menores durante este siglo XVII. Por tanto, Quevedo plasma mediante este poema dos preocupaciones relacionadas con el paso del tiempo y los estragos que este hace: la primera es de carácter personal y tiene que ver con la cercanía de la muerte; la segunda es de carácter social y está relacionada con el comienzo del fin del Imperio.

SALMO XVII 
(Francisco de Quevedo)

Miré los muros de la Patria mía,
si un tiempo fuertes, ya desmoronados,
de larga edad y de vejez cansados,
dando obediencia al tiempo en muerte fría.

Salíme al campo y vi que el sol bebía
los arroyos del hielo desatados,
y del monte quejosos los ganados,
porque en sus sombras dio licencia al día.

Entré en mi casa y vi que, de cansada,
se entregaba a los años por despojos.
Hallé mi espada de la misma suerte;

mi vestidura, de servir gastada;
y no hallé cosa en que poner los ojos
donde no viese imagen de mi muerte.

Hagamos un salto temporal hasta el siglo XX para fijarnos en dos poetas importantísimos de la llamada Generación del 50, Ángel González y Jaime Gil de Biedma. Los poetas de esta generación no abandonan por completo el tono social de la generación anterior (Blas de Otero, Celaya…), pero no se centran solo en éste, sino que su poesía irá más allá, pasando a un plano mucho más intimista. Además, van a cambiar el lenguaje poético, pasando del prosaísmo de la Generación Social a un lenguaje mucho más lírico y cuidado.

Para Ángel González el tema del paso del tiempo comienza a ser importante sobre todo a partir del poemario de 1985 Prosemas o menos. Lo vemos claramente en el poema El día se ha ido. Podemos dividirlo en tres partes: la primera de ellas la componen los catorce primeros versos, en los que nos dice que el día se ha marchado, llevándose pocas cosas y trayendo nada, y que dentro de poco llegará la noche; en la segunda, desde el verso 15 al 19, nos dice que mañana volverá el día,  puntual como siempre, ahuyentando a la noche y levantándolo de la cama; en la última parte, que corresponde a los dos últimos versos, nos dice que ese otro día será diferente, pero igual, “otro perro de la misma raza”, la misma mentira pero vestida de una forma diferente. De esta forma intenta plasmar que pese a que los días pasen, y cada uno se diferencie en pequeños aspectos de los anteriores, la base, es siempre la misma, es decir, intenta plasmar, ni más ni menos, la monotonía que conlleva para él el paso de los días.

EL DÍA SE HA IDO 
(Ángel González, 
Prosemas o menos)

Ahora andará por otras tierras,
llevando lejos luces y esperanzas,
aventando bandadas de pájaros remotos,
y rumores, y voces, y campanas,
-ruidoso perro que menea la cola
y ladra ante las puertas entornadas.
(Entretanto, la noche, como un gato
sigiloso, entró por la ventana,
vio unos restos de luz pálida y fría, y
se bebió la última taza.) 
Sí; definitivamente el día se ha ido.
Mucho no se llevó (no trajo nada);
sólo un poco de tiempo entre los dientes,
un menguado rebaño de luces fatigadas.
Tampoco lo lloréis. Puntual e inquieto, 
sin duda alguna, volverá mañana.
Ahuyentará a ese gato negro.
Ladrará hasta sacarme de la cama.
Pero no será igual. Será otro día.
Será otro perro de la misma raza.

Jaime Gil de Biedma, nacido en Barcelona en 1929, es probablemente el poeta más reconocido de la generación del 50. De familia burguesa (“señoritos de nacimiento/por mala conciencia escritores/de poesía social”, “la edad de la pérgola y el tenis”), comienza su andadura literaria en 1952 con Versos a Carlos Barral. Para la gran mayoría de la crítica no hay duda de que su mejor poemario es Moralidades, publicado en 1966. En Biedma vemos un caso muy curioso en la historia de la poesía, y es que Jaime Gil dejó de escribir en un momento determinado, ya que, según ha afirmado en algunas entrevistas, no tenía nada más que decir mediante la poesía. El tema del paso del tiempo y los efectos devastadores de la vejez son importantes, sobre todo en el poemario de 1968 Poemas póstumos. En concreto, el poema que he escogido es No volveré a ser joven. En este breve pero intenso poema se contraponen dos ideas un tanto antagónicas que tenemos sobre el paso del tiempo: una es la que se da en nuestra juventud, cuando somos más rebeldes y tan solo queremos movernos y cambiar el mundo; la otra la adquirimos con el paso de los años y es la cruda realidad. La experiencia nos dice que la vida es más seria y no vamos a conseguir cambiar absolutamente nada, ya que la existencia solo es un mero tránsito, un camino al final del cual asoma únicamente la verdad desagradable, la muerte, que se convierte en el único argumento de esta gran obra de teatro en la que nos vemos inmersos desde que nacemos. Para Jaime Gil de Biedma el paso del tiempo, la llegada de la vejez y la muerte son en un principio elementos de relativamente poca importancia como “las dimensiones del teatro”, pero con el paso de los años se van convirtiendo en elementos centrales, hasta pasar a ser el “único argumento de la obra”. Como un último apunte sobre este poema, me gustaría decir que si lo leemos con tranquilidad podemos observar como los verbos “envejecer” y “morir” resuenan como ecos durante todo el poema desde el momento en el que aparecen por primera vez, e incluso quedan en nuestra mente una vez hemos terminado de leerlo por completo.

NO VOLVERÉ A SER JOVEN 
(Jaime Gil de Biedma, 
Poemas póstumos)

Que la vida iba en serio
Uno lo empieza a comprender más tarde 
-como todos los jóvenes, yo vine
A llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería 
Y marcharme entre aplausos 
-envejecer, morir, eran tan solo
Las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo 
Y la verdad desagradable asoma:
Envejecer, morir, 
Es el único argumento de la obra

Por último, me gustaría incluir una canción de uno de los grandes cantautores de la música española, Joaquín Sabina. La conocida canción se titula A mis cuarenta y diez, y en ella habla de las consecuencias del paso del tiempo y de la no deseada llegada del momento de sentar la cabeza, pero lo hace tratando de autoconvencerse de que aún queda bastante para que llegue ese momento, ya que todavía no está plantado el árbol con el que tienen que hacer su ataúd y el cura que le tiene que dar la extremaunción no es todavía monaguillo. Por tanto vemos otra perspectiva con la que mirar el paso del tiempo, ya que desde la vena profundamente fatalista de Quevedo o Jaime Gil de Biedma hemos pasado a otro tipo de preocupación consciente del paso del tiempo y sus terribles consecuencias pero un tanto optimista a su vez, pues aunque aparezca la muerte como fin último no nos la presenta tan próxima, sino que trata de alejarla lo máximo posible del momento presente.

CREACIÓN LITERARIA

Este mes lo tengo fácil. Solo quiero pediros que penséis en el paso del tiempo, que reflexionéis sobre este interesante e inspirador tema y que tratéis de plasmar esas ideas, miedo etc., sobre la hoja en blanco. Puede ser un poema o no, lo que vosotros queráis. Solo quiero que me digáis algo sobre el paso del tiempo, en prosa o en verso. Ahí va uno mío:

BALCONES SEPARADOS 
(Raúl Molina)

El tiempo imparable nos separará,
tarde o temprano
cada uno seguirá su camino.
Tú al sur de mi sur,
yo al norte de tu norte.
Un día miraremos por el balcón,
viendo las montañas en el horizonte
 pensaremos que más allá de esa sierra
hay una persona añorada.
Nuestras miradas saldrán veloces,
cruzarán los montes, ríos, valles, caminos y parques
 y se encontrarán.
A mitad de camino
se enfrentarán,
una azul, otra marrón verdosa,
las dos tristes y perdidas en la rutina.
-Te quise -dirán-
pero ahora es imposible.
Sabemos que al amor lo marchitó
el tiempo imparable,
esa asquerosa acción corrosiva
que va ligada al paso de los años,
ese tic-tac sin fin,
ese camino hacia el abismo.
Y sin decir más, dejarán de mirarse,
se darán la espalda y cada una volverá a su lugar, 
a su sierra,
a esa rutina lejos de la otra mirada,
a la agónica y lenta muerte 
de la no deseada vida en pareja.
“Hasta que volvamos a vernos
en balcones separados” pensarán...

Hojas de otoño

“Hojas de otoño” (Autumn Leves) es una canción muy popular y conocida por todo el mundo. La versión original es francesa “Les feuilles mortes” (Las hojas muertas), basada en una partitura de Josph Kosma, compositor de origen húngaro, pero de nacionalidad francesa, alumno de Bartók, cuya canción más conocida fue “Les feuilles mortes”,  sobre un poema de Jacques Prévert, un gran poeta del surrealismo francés y cuyo estribillo se convirtió en un tema clásico del jazz con el título en inglés, “Autumn Leaves”.

La letra original era la siguiente:

Oh! je voudrais tant que tu te souviennes, 
des jours heureux où nous étions amis, 
en ce temps-là, la vie était plus belle, 
et le soleil plus brûlant qu'aujourd'hui. 

Les feuilles mortes se ramassent à la pelle, 
tu vois, je n'ai pas oublié. 
Les feuilles mortes se ramassent à la pelle, 
les souvenirs et les regrets aussi. 

Et le vent du Nord les emporte,  
dans la nuit froide de l'oubli. 
Tu vois, je n'ai pas oubli 
la chanson que tu me chantais... 

C'est une chanson qui nous ressemble, 
toi qui m'aimais, moi qui t'aimais. 
Nous vivions tous les deux ensemble, 
toi qui m'aimais, moi qui t'aimais. 

Mais la vie sépare ceux qui s'aiment, 
tout doucement sans faire de bruit. 
Et la mer efface sur le sable, 
les pas des amants désunis. 

Les feuilles mortes se ramassent à la pelle, 
les souvenirs et les regrets aussi 
mais mon amour silencieux et fidèle 
sourit toujours et remercie la vie. 

Je t'aimais tant, tu étais si jolie. 
Comment veux-tu que je t'oublie ? 
En ce temps-là, la vie était plus Belle 
et le soleil plus brûlant qu'aujourd'hui. 

Tu étais ma plus douce amie 
mais je n'ai que faire des regrets 
et la chanson que tu chantais, 
toujours, toujours je l'entendrai !
Oh! De verdad, espero que recuerdes 
aquellos días en los que éramos amigos. 
En aquellos momentos la vida era más bella 
y el sol brillaba más que ahora. 

Las hojas secas se amontonan en el rastrillo. 
Como ves, no he olvidado... 
Las hojas secas en el rastrillo se amontonan, 
como lo hacen los recuerdos y lamentos, 

y el viento del norte los acarrea 
al olvido de la noche fría. 
Como ves, no he olvidado 
la canción que solías cantarme. 

Es una canción que nos asemeja. 
Tu me amabas y yo te amaba 
y ambos vivimos juntos. 
Tu me amabas y yo te amaba. 

Pero la vida separa a aquellos que se aman, 
suavemente, sin hacer ruido, 
y el mar borra de la arena 
las pisadas de los amantes separados. 

Las hojas secas se amontonan en el rastrillo 
como lo hacen los recuerdos y lamentos, 
pero mi amor, silencioso y fiel, 
siempre sonríe y esta agradecido de por vida. 

Te ame tanto, eras tan bella 
¿cómo quieres que te olvide? 
En aquellos momentos la vida era más bella 
y el sol brillaba más que ahora. 

Tú eras mi dulce amiga. 
Pero yo solo me he lamentado. 
Y la canción que solías cantar, 
siempre, siempre la escucho!

La primera versión data de 1945, a cargo de Yves Montand, cantante y actor francés de origen italiano, cuyo nombre original era Ivo Livi y cuyos padres, unos campesinos bastante pobres, se trasladaron de Italia a Francia huyendo del régimen fascista de Musolini. A partir de ahí Montand tuvo una vida digna de novela: creció en Marsella, donde trabajó de peluquero, de cargador en los muelles del puerto y como cantante de opereta en un music-hall, y allí lo descubrió Édith Piaf quien lo convirtió en su amante y le dio el impulso a su carrera musical. Pero donde realmente alcanzó el éxito fue en el cine. En 1951 se casó con la famosa actriz Simone Signoret, con quien vivió un matrimonio bastante estable, en apariencia, hasta la muerte de ella en 1985. Sin embargo a Montand se le conocen variados amoríos que llenaron las páginas de las revistas rosas de la época, por ejemplo, con Marilyn Monroe, concibiendo, incluso, su único hijo reconocido con su propia asistente. Montand murió en 1991 durante el rodaje de su última película. Aquí podemos oírlo en su versión de “Les feuilles mortes” que se dio a conocer en la película “Les portes de la Nuit” de 1946: 

El compositor estadounidense Johnny Mercer escribió la versión inglesa a la que tituló “Autumn Leaves” (Hojas de otoño) en 1947 y que fue interpretada por primera vez por la cantante Jo Stafford:

La version inglesa es la siguiente:

The falling leaves / Drift by the window / The autumn leaves / All red and gold / I see your lips / The summer kisses / The sunburned hands / I used to hold. / Since you went away / The days grow longer…  / And soon I’ll hear / Old winter songs / But I miss you most of all / My darling, when autumn leaves start to fall… / Since you went away / The days grow longer… / And soon I’ll hear / Old winter songs / But I miss you most of all / My darling, when autumn leaves start to fall…

La caída de las hojas / La deriva por la ventana / Las hojas de otoño / Todas de color rojo y oro / Veo tus labios / Los besos de verano / Las manos quemadas por el sol / Que yo solía tener. / Desde que te fuiste / Los días se hacen más largos … / Y pronto voy a escuchar / Viejas canciones de invierno / Pero te extraño, sobre todo, / Mi amor, cuando el otoño las hojas comienzan a caer … / Desde que te fuiste / Los días se hacen más largos … / Y pronto voy a escuchar / Viejas canciones de invierno / Pero te extraño, sobre todo, / Mi amor, cuando el otoño las hojas comienzan a caer …

Jo Elizabeth Stafford nació en Coalinga, California. Aunque en su juventud quería ser cantante de ópera, por lo que estudio canto en su infancia. Sin embargo, a causa de la Gran Depresión, abandonó esa idea y se unió a sus hermanas Christine y Pauline para formar un grupo vocal de música popular, «The Stafford Sisters», llegando a trabajar incluso con Fred Astaire. Cuando sus hermanas se casaron, el grupo se disolvió y Stafford se unió a un nuevo conjunto, The Pied Pipers, que llegó a ser muy popular trabajando tanto en radio como en cine. En 1944 Stafford dejó a The Pied Pipers para iniciar una carrera en solitario y comenzó trabajando para los soldados del frente en la Segunda Guerra Mundial, quienes le pusieron el mote de “Gi Jo”. En la década de 1950 consiguió varios éxitos junto a Frankie Laine que llegaron a estar en las listas de éxitos de los Estados Unidos. Pero su mayor esplendor como cantante lo consiguió junto a Weston. Falleció en Century City (Los Ángeles), California, en el 2008 a los 90 años de edad.

A partir de ese momento se fueron sucediendo las versiones de esta canción. En 1950, la controvertida y famosa cantante francesa Edith Piaf realizó dos versiones, una en francés y otra en inglés, para el programa radifónico “The Big Show”, dirigido por Tallulah Bankhead. Aquí podemos escuchar la versión en inglés de esta fabulosa cantante francesa:

En 1956 se estrenó la película “Las hojas de otoño”, protagonizada por Joan Crawford, donde puede escucharse esta canción interpretada por el sublime Nat King Cole:

Este tema también fue un referente importante para la música de jazz, incluso para los instrumentales, como podemos comprobar en la versión de 1958 del músico Julian «Cannonball» Adderley, con la contribución de Miles Davis, que apareció en el mítico álbum “Somethin’ Else”, grabado por el sello Blue Note que es considerado por la crítica como uno de los mejores álbumes de jazz de todos los tiempos:

Muchas han sido las versiones que se han hecho de esta canción a cargo de los más variopintos intérpretes, por lo que sería muy extenso, e incluso pesado, hacer una relación de todos ellos, pero, como ejemplos, podemos destacar algunos que, por diversas cuestiones, son dignos de mencionar.

Sin ir más lejos en el tiempo, allá por el año 1962, el insuperable Frank Sinatra nos regalaba con esta breve interpretación desde Royal Festival Hall de Londres. No se lo pierdan, vale la pena…

Tres años más tarde, la cantante francesa de voz dulce y aterciopelada François Hardy hizo esta versión de la que, según sus propias palabras, no quedó nada contenta y odiaba escuchar a causa del acompañamiento musical… Ustedes juzgarán…

En 1966, grabó su álbum “Je m’appelle Barbra” en lengua francesa, donde aparece una deliciosa versión de la canción que nos ocupa. Disfrútenla…

Otra francesa inmortal, Juliette Greco, realizó su propia aportación que en esta grabación podemos saborear en directo desde un concierto en Berlín en 1967:

Y ya por los años 70, la voz americana de la libertad y la revolución, Joan Baez, hizo su aportación a la gloria de este tema interpretándolo, con su estilo peculiar, en francés:

Claro que versiones siempre hay para todos los gustos y no me resisto a dejar en el olvido una totalmente rompedora de una de las cantantes más provocadoras de su época y creó escuela, como más tarde se ha visto. Me refiero a Grace Jones, quien nos la canta en francés dentro de su álbum “Fame”, de 1978. Es una versión un poco larga, pero os aconsejo que la escuchéis, es, simplemente, diferente…:

También hay interpretaciones en las que es difícil encontrar la original, como ocurre con la versión de la cantante de jazz y soul norteamericana Eva Cassidy, como podéis comprobar:

Y para concluir con la recopilación de versiones, he dejado para el final la de uno de los grandes del rock, Eric Clapton, el enorme guitarrista con voz opaca pero llena de sensibilidad, una voz otoñal, pero con experiencia que nos evoca otros momentos más primaverales de nuestras vidas… Esta grabación es bastante reciente, nada menos que del 2010… Comprobar que aunque su voz ha cambiado con el tiempo, no así su guitarra… los solos son magníficos…

Pero antes de despedirnos, me resisto a marcharme sin dejaros un poema. Se titula “Recuerdo y elegía de una canción francesa”, es de Jaime Gil de Biedma y, sí, habéis acertado, está dedicado a nuestra “Les feuilles mortes”. Deleitaros con él y hasta la próxima canción…

c' est une chanson
qui nous ressemble.
kosma y prévert: les feuilles mortes
Os acordáis: Europa estaba en ruinas.
Todo un mundo de imágenes me queda de aquel tiempo
descoloridas, hiriéndome los ojos
con los escombros de los bombardeos.
En España la gente se apretaba en los cines
y no existía la calefacción.

Era la paz -después de tanta sangre--
que llegaba harapienta, como la conocimos
durante cinco años.
Y todo un continente empobrecido,
carcomido de historia y de mercado negro,
de repente nos fue más familiar.

¡Estampas de la Europa de post-guerra
que parecen mojadas en lluvia silenciosa,
ciudades grises adonde llega un tren
sucio de refugiados: cuántas cosas
de nuestra historia próxima trajisteis, despertando
la esperanza en España, y el temor!

Hasta el aire de entonces parecía
que estuviera suspenso, como si preguntara,
y en las viejas tabernas de barrio
los vencidos hablaban en voz baja...
Nosotros, los más jóvenes, como siempre esperábamos
algo definitivo y general.

Y fue en aquel momento, justamente
en aquellos momentos de miedo y esperanzas
-tan irreales, ay- que apareciste,
oh rosa de lo sórdido, manchada
creación de los hombres, arisca, vil y bella
canción francesa de mi juventud!

Eras lo no esperado que se impone
a la imaginación, porque es así la vida,
tú que cantabas la heroicidad canalla,
el estallido de las rebeldías
igual que llamaradas, y el miedo a dormir solo,
la intensidad que aflige al corazón.

Cuánto enseguida te quisimos todos!
En tu mundo de noches, con el chico y la chica
entrelazados, de pie en un quicio oscuro,
en la sordina de tus melodías,
un eco de nosotros resonaba exaltándonos
con la nostalgia de la rebelión.

Y todavía, en la alta noche, solo,
con el vaso en la mano, cuando pienso en mi vida,
otra vez más sans faire du bruit tus músicas
suenan en la memoria, como una despedida:
parece que fue ayer y algo ha cambiado.
Hoy no esperamos la revolución.

Desvencijada Europa de post-guerra
con la luna asomando tras las ventanas rotas,
Europa anterior al milagro alemán,
imagen de mi vida, melancólica!
Nosotros los de entonces, ya no somos los mismos,
aunque a veces nos guste una canción.

Los fantasmas de Serrat

¿Qué poeta no bebe la esencia del mundo que le rodea?… No existe la poesía de la nada, pues la misma nada ya es algo sobre lo que disertar. Pero todo poeta, como ser humano, está lleno de fantasmas o rodeado de ellos… la poesía sólo tiene que extender sus redes y capturarlos para hacer con ellos una materia más del arte. Joan Manuel Serrat, como poeta del pueblo y para el pueblo, retiene en la retina de su creación las imágenes surgidas de sus propias contradicciones, y de las de sus semejantes, e inventa, con ellas, canciones que fluyen en ríos de poemas donde cada acento es una nota y cada rima una intención, muchas veces con sarcasmo e ironía, y otras donde se dice más en los silencios que en las palabras. Para ello, nuestro querido cantautor, debe trabajar de observador recalcitrante y pertinaz hasta dar con el objeto que busca, que no habita ni en mundos paralelos ni en suburbios de la consciencia, sino en lo cotidiano y normal…

Y así, los fantasmas de Serrat aparecen como imágenes grotescas, unas, otras como rayos de luna deseados y algunas incluso siendo páginas de un diario ya agotado, pero todos con la frescura de estar por encima del paso del tiempo, porque los problemas planteados son los de siempre y siempre se repiten.

Y si no, baste con un ejemplo, la composición titulada Buenos tiempos que, aunque fechada en 1998, formando parte del álbum Sombras de la China, de 1998, dedicado a la memoria de Tete Montoliú, habla de unos fantasmas que nos son muy familiares en la actualidad:

BUENOS TIEMPOS  
(Joan Manuel Serrat) 

Corren buenos tiempos, 
buenos tiempos para la bandada
de los que se amoldan a todo
con tal que no les falte de nada. 
Tiempos fabulosos, 
fabulosos para sacar tajada
de desastres consentidos
y catástrofes provocadas. 
Tiempos como nunca
para la chapuza, 
el crimen impune
y la caza de brujas. 
Corren buenos tiempos, 
buenos tiempos para equilibristas, 
para prestidigitadores
y para sadomasoquistas. 
Y silenciosa
la mayoría, 
aguantando el chaparrón
al pie de un cañón
de papel maché, 
come el pan nuestro
de cada día
con un culo así
contra la pared. 
Llorando en el mar
viéndolas venir, 
viéndolas pasar, 
pasar, 
pasar. 
Corren buenos tiempos, 
buenos tiempos para esos caballeros
locos por salvarnos la vida
a costa de cortarnos el cuello. 
Tiempos fabulosos
fabulosos para plañideras, 
charlatanes visionarios
y vírgenes milagreras. 
Tiempos como nunca
para echarle morro
o sacar coraje
y pedir socorro. 
Corren buenos tiempos, 
buenos tiempos preferentemente
para los de toda la vida
para los mismos de siempre. 
Para los mismos de siempre. 
Siempre. 
Siempre. 

Sin embargo, Serrat es recurrente con el mismo contenido, más o menos, porque él es cercano y comprometido a la frustración y el sufrimiento de aquellos que, de una forma u otra, arrastren cadenas por las almenas de la existencia. Porque alma en pena puede ser también aquella cuya inmaterialidad está causada por la indiferencia de quienes se aprovechan de su sangre para poder medrar: los simples ciudadanos… Este tema apareció en su álbum 1978, el cual fue titulado con el año en que fue editado.

CIUDADANO 
(Joan Manuel Serrat) 

Anónimos y desterrados
en el ruidoso tumulto callejero
con los vientos en contra va el ciudadano, 
los bolsillos temblando y el alma en cueros. 
Rotos y desarraigados, 
hablando a gritos, 
golpeando los adjetivos precipitadamente, 
asfixiados en los humos y en las gestiones, 
se cruzan y entrecruzan, sordos e indiferentes
a salvo en sus caparazones. 
A quién le importarán
tus deudas y tus deudores
o los achaques de tus mayores. 
Así reviente el señor
de miedo y de soledad. 
Con Dios, ciudadano, 
ya te apañarás. 
Y se amontonan y se hacinan
encima, enfrente, abajo, detrás y al lado. 
En amargas colmenas los clasifican, 
donde tan ignorantes como ignorados
crecen y se multiplican, 
para que siga especulando
con su trabajo, su agua, su aire y su calle
la gente encantadora... Los comediantes
qué poco saben de nada, nada de nadie, 
y son
ciudadanos importantes. 
Hijos predilectos, 
científicos admirados, 
tiernos poetas galardonados, 
intermediarios, 
ciempiés, 
políticos de salón, 
y nueve de cada diez estrellas, lo son. 

La ausencia de lo básico está causada, casi siempre, por la avaricia de los que nunca verán su sed ni su hambre saciados… Y Serrat sabe que no hay nadie más pobre que aquel que nunca tiene bastante… Disculpe el señor forma parte del álbum Utopía, fechado en 1992:

DISCULPE EL SEÑOR  
(Joan Manuel Serrat) 

Disculpe el señor
si le interrumpo, pero en el recibidor
hay un par de pobres que
preguntan insistentemente por usted. 
No piden limosnas, no... 
Ni venden alfombras de lana, 
tampoco elefantes de ébano. 
Son pobres que no tienen nada de nada. 
No entendí muy bien
sin nada que vender o nada que perder, 
pero por lo que parece
tiene usted alguna cosa que les pertenece.
¿Quiere que les diga que el señor salió...?
¿Que vuelvan mañana, en horas de visita...?
¿O mejor les digo como el señor dice: 
"Santa Rita, Rita, Rita, 
lo que se da, no se quita...?" 
Disculpe el señor, 
se nos llenó de pobres el recibidor
y no paran de llegar, 
desde la retaguardia, por tierra y por mar. 
Y como el señor dice que salió
y tratándose de una urgencia, 
me han pedido que les indique yo
por dónde se va a la despensa, 
y que Dios, se lo pagará.
¿Me da las llaves o los echo? Usted verá
que mientras estamos hablando
llegan más y más pobres y siguen llegando.
¿Quiere usted que llame a un guardia y que revise
si tienen en regla sus papeles de pobre...?
¿O mejor les digo como el señor dice: 
"Bien me quieres, bien te quiero, 
no me toques el dinero...?" 
Disculpe el señor
pero este asunto va de mal en peor. 
Vienen a millones y
curiosamente, vienen todos hacia aquí. 
Traté de contenerles pero ya ve, 
han dado con su paradero. 
Estos son los pobres de los que le hablé... 
Le dejo con los caballeros
y entiéndase usted... 
Si no manda otra cosa, me retiraré
Si me necesita, llame
Que Dios le inspire o que Dios le ampare, 
que esos no se han enterado
que Carlos Marx está muerto y enterrado. 

En su lengua vernácula, Serrat nos devuelve de la memoria de los tiempos uno de nuestros fantasmas infantiles, el hombre del saco, aquel pobre trapero que se llevaba todo lo viejo e inservible y cuya miseria era simple motivo de para causarnos pavor. El drapaire fue publicado en el álbum Ara que tinc vint anys, en el año 1966:

EL DRAPAIRE 
(Joan Manuel Serrat) 

Sempre de matí
fes sol o plogués
malgrat el fred o la boira, 
de carrer en carrer, 
sentíem cridar: 
«Dones, que arriba el drapaire» 
Com cada matí, 
et vèiem venir... 
Duies un sac a l'esquena
un puro apagat
un 'trajo' estripat, 
a boina i les espardenyes. 
Sempre venies seguit
per un ramat de canalla. 
Eres tota una atracció. 
Tu, el teu sac i la cançó... 
Sóc el drapaire, 
compro ampolles i papers, 
compro draps i roba bruta, 
paraigües i mobles vells... 
Sóc el drapaire, 
i els marrecs anaven cantant. 
«Ja m'esteu empipant massa. 
No us ha dit la vostra mare
"que jo sóc l'home del sac?» 
I així fins la nit, 
de carrer en carrer, 
i de taverna en taverna
i el cos ple de vi
tornaràs a casa teva. 
I tornes feliç, 
car tot ho has comprat: 
el peix, el vi i una espelma. 
I un bocí d'amor, 
que et deu haver dat
qualsevol donota vella
Mai no tens temps per a pensar. 
A dormir. Bufa l'espelma. 
I l'endemà, a voltar el món, 
tu, el teu sac i la cançó... 
Sóc el drapaire, 
compro ampolles i papers, 
compro draps i roba bruta, 
paraigües i mobles vells
Sóc el drapaire, 
i els nens segueixen cantant. 
«Ja m'esteu empipant massa. 
No us ha dit la vostra mare
"que jo soc l'home del sac?» 

Seguro que alguna vez se han preguntado al verlos, bien vestidos y bien plantados, sin oficio conocido ni herencia que les mantenga, ¿de qué vivirán estos?… ¿Serán tan etéreos que no necesiten ni alimentarse?… La aristocracia del barrio apareció por primera vez en el larga duración Para piel de manzana, de 1975.

LA ARISTOCRACIA DEL BARRIO 
(Joan Manuel Serrat) 

Entre el bar y la bolera
rondan las aceras
controlando el barrio desde una esquina. 
En el índice una alhaja. 
El pelo a navaja. 
Salpicando betún y brillantina. 
Óigales silbar... 
Parecen estar
esperándole vecino
para jugar
un mano a mano a los chinos. 
Son la aristocracia del barrio. 
Lo mejor de cada casa
tomando el sol en la plaza
Tienen a la madre anciana, 
virgen a la hermana
y en las Ramblas, una que es del asunto. 
Un padre que murió un día
y la filosofía
del tapete, el compañero y el punto. 
Mírenlo burlar... (Míralo jugar...) 
Sin pestañear... 
Nació chulo y sin remedio. 
Pide con seis
y se planta en dos y medio. 
Son la aristocracia del barrio. 
Tahúres, supersticiosos, 
charlatanes y orgullosos. 
Traficando en transistores, 
en encendedores, 
en cosméticos y en bisutería
hasta que el cante de un socio
les cierre el negocio
como poco por seis meses y un día. 
Igual que se van
reaparecerán
hechos un figurín, pero
con el color y el perfume del talego. 
Son la aristocracia del barrio. 
Tránsfugas independientes
mejorando a los presentes. 
Si les sigue usted los pasos
verá más de un caso
en la puerta de un Juzgado de Guardia, 
que por la hembra y el retaco
deja hasta el tabaco
y hurga en las demandas de La Vanguardia. 
Envejecerán
horneando pan. 
Cada cual muere a su modo. 
Qué se va a hacer
si ha de haber gente pa' todo. 
Y la aristocracia del barrio
sentimentales y buenos
en el bar, le echan de menos. 

Con Los fantasmas del Roxy, Joan Manuel atrapa la nostalgia de aquello que nos hizo feliz y fue sacrificado en el altar del “progreso” en honor del “dios del beneficio”… Es una grabación de 1987 y apareció en el álbum Bienaventurados.

LOS FANTASMAS DEL ROXY  
(Joan Manuel Serrat) 

Sepan aquellos que no estén al corriente, 
que el Roxy, del que estoy hablando, fue
un cine de reestreno preferente
que iluminaba la Plaza Lesseps. 
Echaban NO-DO y dos películas de ésas
que tú detestas y me chiflan a mí, 
llenas de amores imposibles y
pasiones desatadas y violentas. 
Villanos en cinemascope. 
Hermosas damas y altivos
caballeros del Sur
tomaban té en el Roxy
cuando apagaban la luz. 
Era un típico local de medio pelo
como el Excelsior, como el Maryland, 
al que a mi gusto le faltaba el gallinero,
con bancos de madera, oliendo a zotal. 
No tuvo nunca el sabor del Selecto
ni la categoría del Kursaal, 
pero allí fue donde a Lauren Bacall
Humphrey Bogart le juró amor eterno
mirándose en sus ojos claros. 
Y el patio de butacas
aplaudió con frenesí
en la penumbra del Roxy, 
cuando ella dijo que sí. 
Yo fui uno de los que lloraron
cuando anunciaron su demolición, 
>con un cartel de: "Nuñez y Navarro, 
próximamente en este salón". 
En medio de una roja polvareda
el Roxy dio su última función, 
y malherido como King-Kong
se desplomó la fachada en la acera. 
>Y en su lugar han instalado
la agencia número 33
del Banco Central. 
Sobre las ruinas del Roxy
juega al palé el capital. 
Pero de un tiempo acá, en el banco, ocurren cosas
a las que nadie encuentra explicación. 
Un vigilante nocturno asegura
que un trasatlántico atravesó el hall
y en cubierta Fred Astaire y Ginger Rogers
se marcaban "el continental". 
Atravesó la puerta de cristal
y se perdió en dirección a Fontana. 
Y como pólvora encendida
por Gracia y por La Salud
está corriendo la voz
que los fantasmas del Roxy
son algo más que un rumor. 
Cuentan que al ver a Clark Gable en persona
en la cola de la ventanilla dos
con su sonrisa ladeada y socarrona, 
una cajera se desparramó. 
Y que un oficial de primera, interino, 
sorprendió al mismísimo Glenn Ford, 
en el despacho del interventor, 
abofeteando a una rubia platino.
Así que no se espante, amigo, 
si esperando el autobús
le pide fuego George Raft. 
Son los fantasmas del Roxy
que no descansan en paz. 

Con Los macarras de la moral, sólo podemos decir aquello de “… quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra…” Esta canción forma parte de la colección aparecida con el nombre de Sombras de la China, que ya hemos comentado anteriormente.

LOS MACARRAS DE LA MORAL 
(Joan Manuel Serrat) 

Sin prisa, pero sin pausa, 
como el "calabobos",
desde la más tierna infancia
preparan el cebo: 
"Si no te comes la sopa
te llevará el coco..." 
"Los tocamientos impuros<
te dejarán ciego...". 
Y te acosan de por vida
azuzando el miedo, 
pescando en el río turbio
del pecado y la virtud, 
vendiendo gato por liebre
a costa de un credo
que fabrica platos rotos
que acabas pagando tú. 
Son la salsa
de la farsa. 
El meollo, 
del mal rollo. 
La mecha
de la sospecha. 
La llama
de la jindama. 
Son el alma
de la alarma, 
del recelo
y del canguelo. 
Los chulapos
del gazapo. 
Los macarras
de la moral. 
Anunciando apocalipsis
van de salvadores
y si les dejas te pierdes
infaliblemente. 
Manipulan nuestros sueños
y nuestros temores, 
sabedores de que el miedo
nunca es inocente. 
Hay que seguirlas a ciegas
y serles devoto. 
Creerles a pies juntillas
y darles la razón
que: "El que no se quede quieto
no sale en la foto..." 
"Quien se sale del rebaño, 
destierro y excomunión".
Sin prisa pero sin pausa, 
esos carcamales
organizan sus cruzadas
contra el hombre libre
más o menos responsable
de todos los males
porque piensan por su cuenta. 
Sueñan y lo dicen. 
Si no fueran tan temibles
nos darían risa. 
Si no fueran tan dañinos
nos darían lástima. 
Porque como los fantasmas, 
sin pausa y sin prisa, 
no son nada si les quitas
la sábana. 

Y para concluir, Serrat nos trae de la mano a ese personajillo, de abundancia semejante a los insectos, que nunca pondrá en duda sus bondades… la culpa siempre es de los demás. Canción perteneciente a Cada loco con su tema, disco editado en 1983.  

YO ME MANEJO BIEN CON TODO EL MUNDO 
(Joan Manuel Serrat) 

Yo me manejo bien con todo el mundo, 
en eso mi padre puede estar tranquilo: 
él me ha dejado en vida sus ahorros
y yo corro con los gastos del asilo. 
Con mi mujer, cuando nos vemos, nunca
tenemos el más mínimo conflicto: 
ella se ocupa de alimentarme los niños
y yo le paso un tanto al mes por los servicios. 
No sé a qué viene, portera, que vaya usted por ahí
contando esas groserías de mí, 
que al jefe siempre estoy listo a servirlo, 
lo que me dice coincide con lo que pienso, 
le tapo sus chapuzas, le presto mi piso
y él me recomienda para un ascenso. 
A los subordinados sé tratarlos
con mano izquierda, les llamo camaradas, 
ellos pregonan que soy muy campechano
y a cambio no me piden nunca nada. 
No me cabe en la cabeza lo que llegan a escribir
en las paredes del retrete de mí, 
que me llevo bien con las autoridades, 
jamás les llamo con nombres soeces, 
yo les consiento sus barbaridades
y ellos se cuidan de mis intereses. 
En las cuestiones espirituales, 
con las sotanas me entiendo de perlas, 
yo les financio sus bienes temporalis
y ellos tramitan mi salvación eterna. 
No sé cómo hay quien se atreve en esta comunidad
a poner en duda mi moralidad. 

El Marqués de Santillana

Antes del Marqués de Santillana no se tiene referencia alguna de que alguien compusiera sonetos en lengua castellana, por lo que se puede asegurar que Íñigo López de Mendoza, nacido en Carrión de los Condes, Palencia, en 1398 y fallecido en su palacio de Guadalajara el 25 de marzo de 1458, fue el primer poeta en hacer el esfuerzo de adaptar la nueva versificación de endecasílabos surgida en Italia a la métrica propia del castellano tan dada a octosílabos, cuadernas vías y romances.

El Marqués de Santillana era hijo de una de las familias más poderosas de la nobleza castellana, el Almirante Diego Hurtado de Mendoza y doña Leonor de la Vega, mujer muy rica e inteligente, pero fue educado por su tío, el arcediano Gutierre, al morir su padre cuando él tenía cinco años de edad; más adelante estuvo al servicio de Fernando de Antequera, quien llegaría a ser rey de Aragón, pero volvió a Castilla para participar en la guerra contra Álvaro de Luna a la llegada al trono de Juan II de Castilla, y consiguiendo el título de manos del rey Juan II de Castilla, quien le daría el título de Marqués de Santillana por su participación fiel en la batalla de Olmedo. Fue padre de diez hijos: siete varones y tres hembras, siendo los más conocidos su primogénito, Diego Hurtado de Mendoza, Duque del Infantado, y el quinto, que sería el Cardenal Mendoza, a quien se le llegó a denominar como “el tercer rey de España” en tiempo de los Reyes Católicos.

El Marqués era un hombre de guerras y letras, a la moda del caballero letrado del siglo XV, que compaginó sus constantes lides,  intestinas, a veces, o de reconquista, en otras, con la esgrima depurada de sus versos, consiguiendo en ambas, sino la gloria de los héroes, sí el reconocimiento de los firmes y valientes, pues si en una se enfrentó incluso a reyes, en la otra tuvo que medírselas con la intransigencia de la tradición al pretender innovar la poesía patria con sus “ 42 sonetos fechos al itálico modo”, aunque también recreara su imaginación con versos más cercanos como las “Serranillas”, “Canciones” o “Proverbios”.

Estos sonetos no solamente representan el primer trabajo en serio y elaborado de las formas renacentistas en España, sino incluso el primer conjunto de poemas de este estilo confeccionado fuera de Italia, por lo cual Íñigo López de Mendoza se convierte en una de las mayores figuras del prerrenacimiento castellano, ya que sus trabajos se desarrollaron a caballo entre los últimos estertores de lo medieval y los primeros balbuceos del renacimiento en la Península Ibérica.

Las temáticas de sus sonetos se dividen en tres grupos: amorosa, religiosa y sobre el paso del tiempo, algo bastante común entre los escritores del momento.

En la temática amorosa descubriremos pronto que está bastante influenciada por la moda provenzal, como en el ejemplo siguiente donde él se compara con una fortaleza sitiada por el amor al que quiere resistir, pero no puede y ve sus dfensas derruidas, pues ni David, ni Sansón, ni Hércules, ni Salomón lograron vencerle:

- IV –

Sitio de amor con grand artillería 
me veo en torno e poder inmenso, 
e jamás cesan de noche e de día, 
nin el ánimo mío está suspenso 

de sus combates con tanta porfía 
que ya me sobra, maguer me defenso. 
Pues, ¿qué farás?, ¡o triste vida mía!, 
ca non lo alcanzo por mucho que pienso. 

La corpórea fuerza de Sansón, 
nin de David el grand amor divino, 
el seso nin saber de Salamón, 

nin Hércules se falla tanto digno 
que resistir podiesen tal prisión; 
así que a defensar me fallo indigno.

Pero a veces el amor es una prisión, aunque el cautivo no se lamenta de ser prisionero de ella porque su dicha está en ser esclavo de la belleza de la amada:

- VIII –

¡O dulce esguarde, vida e honor mía, 
segunda Elena, templo de beldad, 
so cuya mano, mando e señoría 
es el arbitrio mío e voluntad!

Yo soy tu prisionero, e sin porfía 
fueste señora de mi libertad; 
e non te pienses fuiga tu valía 
nin me desplega tal captividad.

Verdad sea que Amor gasta e dirruye
las mis entrañas con fuego amoroso, 
e la mi pena jamás diminuye;

nin punto fuelgo nin soy en reposo,
mas vivo alegre con quien me destruye;
siento que muero e non soy quejoso.

Un claro ejemplo de la estética erótico-amorosa provenzal lo tenemos en los cabellos rubios, “color de oro”, y la figura de ella, “forma divina”:

- IX –

Non es el rayo de Febo luciente,
nin los filos de Arabia más fermosos
que los vuestros cabellos luminosos,
nin gema de topaza tan fulgente.

Eran ligados de un verdor placiente
e flores de jazmín que los ornaba,
e su perfecta belleza mostraba
cual viva flama o estrella d'Oriente.

Loó mi lengua, maguer sea indigna,
aquel buen punto que primero vi
la vuestra imagen e forma divina,

tal como perla e claro rubí,
e vuestra vista társica e benigna,
a cuyo esguarde e merced me di.

El paso del tiempo es un tema muy recurrente en todas las diferentes épocas poéticas ya que es algo que obsesiona bastante al ser humano al enfrentarse con su mortalidad y darse cuenta de que todo es efímero, perecedero y nada permanece. En el siguiente poema habla de que hasta la roca más dura cede ante la insistencia del agua, de que ninguna guerra dura eternamente, ni el bien ni el mal permanecen, y por lo tanto, le dice a su amada, que por mucho que resista, llegará el día en que cederá:

- VI –

El agua blanda en la peña dura 
faze por curso de tiempo señal, 
a la rueda rodante la ventura 
transmuda e troca el genio humanal. 

Paces he visto apres gran rotura 
atarde dura bien nin faze mal, 
mas la mi pena jamás ha folgura 
nin punto cesa mi largor mortal. 

Por ventura dirás, ídola mía, 
que a ti non place de mi perdimiento, 
antes repruebas mi loca porfía. 

Di, ¿qué faremos del ordenamiento 
de amor, que priva toda señoría 
e rige e manda nuestro entendimiento?

Otra consecuencia del paso del tiempo es la muerte y con ella el olvido, pero aquellas personas en cuya vida alcanzaron la gloria con sus hechos, no morirán nunca porque siempre estarán vivas en el recuerdo de las gentes. Así lo vemos en este soneto dedicado al rey de Aragón del cual el Marqués fue ayudante durante un tiempo:

- XIII –

Calla la pluma e luce la espada
en vuestra mano, rey muy virtüoso;
vuestra excelencia non es memorada
e Calíope fuelga e ha reposo.

Yo plango e lloro non ser comendada
vuestra eminencia e nombre famoso,
e redarguyo la mente pesada
de los vivientes, non poco enojoso;

porque non cantan los vuestros loores
e fortaleza de memoria digna,
a quien se humilian los grandes señores,

a quien la Italia soberbia se inclina.
Dejen el carro los emperadores
a la vuestra virtud cuasi divina.

Y este es uno de los sonetos de tema religioso, más bien hagiográfico o de alabanza a Santa Clara, una monja italiana, nacida en Asís en 1194 y que fue la fundadora de la orden de las clarisas:

- XXXIV –

Clara por nombre, por obra e virtud
luna de Asís, fija d'Ortulana,
de santas donas enxiemplo e salud,
entre las veudas una e soberana;

principio de alto bien, e juventud
perseverante, e fuente do mana
pobreza humilde, e closo alamud,
del seráfico sol muy digna hermana.

Tú, virgen, triunfas del triunfo triunfante
e glorïoso premio de la palma;
así non yerra quien de ti se ampara

e te cuenta del cuento dominante
de los santos, ¡o santa sacra e alma!
Pues ora pro me, beata Clara.

El Marqués de Santillana admiraba a Dante y Petrarca y todos sus sonetos siguen con fidelidad las pautas creadas por aquellos, tanto en la adopción del verso endecasílabo como en la temática y el resto de la métrica.

Sin embargo, su propósito modernizador no tuvo la repercusión que él esperaba, pues a pesar de sus intentos de adaptar el endecasílabo al modo de versificar español, no dieron resultado ya que la moda poética de la Península iba por otros derroteros y él no consiguió ajustar a la perfección el metro toscano al habla castellana, por lo que simplemente aplicó la forma estrófica incurriendo en bastantes fallos con el resto. Y es que el influjo del verso de arte mayor castellano, con su ritmo inflexible, le impedía adaptar el endecasílabo con sus acentos en la sexta y décima silabas.

Y para finalizar hemos dejado un soneto bastante reflexivo donde Íñigo López de Mendoza se da cuenta de la belleza que le rodea y de lo desagradecido que es él, siempre quejándose, cansado de todo y esclavo de sus caprichos:

- I –

Cuando yo veo la gentil criatura
qu'el cielo, acorde con naturaleza
formaron, loo mi buena ventura,
el punto e hora que tanta belleza

me demostraron, e su fermosura,
ca sola de loor es la pureza;
mas luego torno con igual tristura
e plango e quéjome de su crueza.

Ca non fue tanta la del mal Tereo,
nin fizo la de Aquila e de Potino,
falsos ministros de ti, Ptolomeo.

Así que lloro mi servicio indigno
e la mi loca fiebre, pues que veo
e me fallo cansado e peregrino.