García Lorca, Federico

Federico García Lorca, nacido en el pueblo granadino de Fuente Vaqueros el 5 de junio de 1898, fue un genio de las letras españolas del siglo XX. Su talento se manifestó en diversos géneros literarios y artísticos, como la poesía, el teatro, la prosa y la música. Fue uno de los máximos exponentes de la generación del 27, un grupo de escritores que renovó la literatura española con su creatividad y su compromiso con la realidad social y cultural de su época. Entre sus obras más célebres se encuentran Romancero gitano, una colección de poemas que refleja el mundo y la cultura gitana con un lenguaje simbólico y musical; Poeta en Nueva York, un libro de versos que denuncia la deshumanización de la gran ciudad y expresa el dolor y la angustia del poeta ante la injusticia y la violencia; Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba, tres dramas que retratan la tragedia de la vida rural española, marcada por el honor, la represión y el destino; y Diván del Tamarit, un conjunto de poemas inspirados en la poesía árabe clásica, que abordan temas como el amor, la muerte y el tiempo. El estilo de García Lorca se caracteriza por la combinación de elementos tradicionales y vanguardistas, la expresión de los sentimientos y las pasiones humanas, el uso de símbolos e imágenes sugerentes y la musicalidad y el ritmo de sus versos. Su vida estuvo marcada por su sensibilidad artística, su compromiso social y político, su homosexualidad y su trágica muerte a manos de los sublevados durante la guerra civil española. Fue fusilado en Víznar, Granada, el 18 o 19 de agosto de 1936, sin que se haya podido esclarecer el lugar exacto ni las circunstancias de su asesinato. Su legado ha sido reconocido y admirado por numerosos escritores, artistas e intelectuales de todo el mundo.

Champourcín, Ernestina de

Ernestina de Champourcín, una voz singular de la poesía española del siglo XX, nació en la ciudad de Vitoria, en el seno de una familia de ideología católica y tradicionalista, el 10 de julio de 1905. Desde niña mostró su afición por la lectura y la escritura, que cultivó en Madrid, adonde se mudó con su familia en 1915. Allí realizó sus estudios en el Colegio del Sagrado Corazón y el Instituto Cardenal Cisneros, pero no pudo acceder a la universidad por la oposición de su padre. Su primer contacto con la poesía fue en francés, idioma que dominaba por su ascendencia francesa, pero pronto adoptó el español como lengua poética, influenciada por Juan Ramón Jiménez, a quien conoció personalmente y con quien mantuvo una estrecha amistad. Su primer libro de poemas, En silencio, se publicó en 1926 y reveló su sensibilidad modernista y vitalista. Dos años después contrajo matrimonio con Juan José Domenchina, poeta y secretario de Manuel Azaña, presidente de la Segunda República Española. Ernestina se integró en el ambiente cultural de la capital y formó parte del Lyceum Club Femenino, una asociación de mujeres que fomentaba la educación, el arte y los derechos femeninos. También se relacionó con otros poetas de la Generación del 27, como Federico García Lorca, Rafael Alberti, Pedro Salinas y Jorge Guillén, y participó en algunas de sus actividades literarias, como las tertulias del Café Pombo o las veladas del Ateneo de Madrid. Su segundo libro de poemas, La voz en el viento, se editó en 1931 y consolidó su estilo personal y su voz lírica. Sin embargo, su carrera poética se vio truncada por el estallido de la Guerra Civil Española en 1936, que la obligó a exiliarse junto con su esposo. Primero se establecieron en Francia y luego en México, donde permanecieron hasta 1972. Durante el exilio, Ernestina sufrió una profunda crisis existencial y espiritual que la llevó a convertirse al Opus Dei en 1940. Este hecho marcó un giro radical en su poesía, que adquirió un tono más religioso y místico. Publicó varios libros de poemas en esta línea, como Cántico inútil (1936), Presencia a oscuras (1952), El nombre que me diste (1959) y Cartas cerradas (1970). En 1972 regresó a España con su esposo y se instaló definitivamente en Madrid. Allí continuó escribiendo hasta su muerte el 27 de marzo de 1999. Su obra poética fue reconocida con diversos premios y homenajes, como el Premio Euskadi de Literatura (1995) o el Premio Nacional de las Letras Españolas (1996). Ernestina de Champourcín fue una poeta singular e innovadora que supo expresar su mundo interior con una voz propia y original.

Prados, Emilio

Emilio Prados (Málaga, 4 de marzo de 1899 – Ciudad de México, 24 de abril de 1962) fue un destacado poeta español que formó parte de la Generación del 27, un grupo de escritores y artistas que se caracterizó por su renovación estética y su compromiso cultural. Prados estudió en la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde conoció a Federico García Lorca, Luis Buñuel, Salvador Dalí y otros intelectuales de su época, con los que mantuvo una estrecha amistad.

La obra poética de Prados se puede clasificar en tres etapas, según su evolución temática y formal:

  • Una primera etapa de influencia vanguardista, en la que Prados experimenta con el lenguaje y las imágenes para crear una poesía original y sorprendente. Algunas de sus obras de esta etapa son: Tiempo (1925), un libro que refleja su visión del mundo a través de símbolos como el reloj, el espejo o el laberinto; Vuelta (1927), un poemario que expresa su nostalgia por la infancia y su tierra natal; Seis estampas para un rompecabezas (1925), una obra surrealista que juega con la combinación de palabras e imágenes; El misterio del agua (1926-1927), una colección de poemas que explora el tema del agua como símbolo de vida y muerte, inspirada en la fuente del patio de su casa en Málaga.
  • Una segunda etapa de compromiso social, en la que Prados se involucra en la realidad política y social de España durante la guerra civil. Su poesía se vuelve más directa y crítica, denunciando las injusticias y el sufrimiento causados por el conflicto. Algunas de sus obras de esta etapa son: Jardín cerrado (1936), un libro que refleja el dolor y la angustia del poeta ante la guerra; Romancero general de España (1937), una obra colectiva en la que participaron otros poetas del 27 como Rafael Alberti o Miguel Hernández; La piedra escrita (1939), un poemario que recoge sus impresiones sobre el exilio.
  • Una tercera etapa de introspección mística, en la que Prados busca una salida espiritual a su situación de exiliado. Su poesía se vuelve más íntima y profunda, expresando su anhelo de trascendencia y su fe en Dios. Algunas de sus obras de esta etapa son: La voz cautiva (1941-1959), una obra que recoge su experiencia del exilio y su búsqueda espiritual; Llama viva (1959), un libro que celebra el amor como fuente de vida; Hasta no sé qué día (1961), un poemario póstumo que resume su trayectoria poética.

Prados no solo fue poeta, sino también editor y fundador, junto con Manuel Altolaguirre, de la revista Litoral y la imprenta Sur, que fueron fundamentales para la difusión de la obra de los poetas del 27. Prados también colaboró con otros proyectos culturales como la revista Hora de España o el Colegio Español en México.

Gutiérrez Albelo, Emeterio

Emeterio Gutiérrez Albelo fue un poeta y editor español que perteneció a la Generación del 27, un grupo de escritores que renovó la literatura española con su experimentación y su apertura a las vanguardias europeas. Nació en Icod de los Vinos, Tenerife, el 17 de agosto de 1904 y falleció en Santa Cruz de Tenerife el 6 de agosto de 1969. Su padre, Emeterio Gutiérrez López, fue el primer cronista oficial de Icod y director de varias publicaciones locales, donde el joven poeta publicó sus primeros versos. Estudió bachillerato y magisterio en la Universidad de La Laguna y ejerció como maestro en diferentes localidades de la isla. Su obra se caracteriza por la búsqueda de la belleza, el humor y la ironía, así como por la influencia del surrealismo y la vanguardia. Su primer libro editado fue Campanario de la primavera (1930), donde rompió con la estética modernista y mostró su originalidad y su sentido del humor. En él se encuentran poemas como “Adiós a la pipa” o “Luces en la noche”, que habían aparecido previamente en la revista Hespérides, dirigida por Eduardo Westerdahl. Su segundo libro fue Charlot (1931), un homenaje al personaje de Charles Chaplin, que reflejaba su admiración por el cine y su crítica social. En este libro se percibe la influencia del surrealismo y del humorismo negro, con poemas como “El hombre que se suicidó por amor” o “El hombre que se comió una bombilla”. Su tercer libro fue La isla del viento (1934), una obra que recogía sus impresiones sobre el paisaje y la cultura canarios, con un lenguaje poético y evocador. En él se encuentran poemas como “La isla del viento” o “El canto del guanche”, que expresan su identidad insular y su nostalgia por el pasado aborigen. Su cuarto libro fue El ángel de las violetas (1942), un libro que expresaba su amor por la naturaleza y su nostalgia por la infancia. En él se encuentran poemas como “El ángel de las violetas” o “La fuente del jardín”, que muestran su sensibilidad lírica y su delicadeza estética. Además de estos libros, Gutiérrez Albelo publicó otros poemarios como Enigma del invitado (1936), donde exploró el tema de la muerte y el misterio de la existencia, o Poemas para un tiempo de silencio (1968), donde reflexionó sobre el paso del tiempo y la soledad. También escribió ensayos, artículos periodísticos, cuentos infantiles y obras teatrales. Fue un gran difusor de la cultura y fundó o colaboró en diversas revistas literarias como Hespérides, La Rosa de los Vientos, Gaceta de Arte o Mensaje. Fue reconocido con varios premios y homenajes, entre ellos el Premio Canarias de Literatura en 1985. Emeterio Gutiérrez Albelo fue uno de los poetas más originales e innovadores de su generación. Su obra combina el humor con la emoción, lo cotidiano con lo fantástico, lo local con lo universal. Su voz sigue resonando hoy en día como una invitación a la poesía y a la vida.

Alonso, Dámaso

Dámaso Alonso fue un destacado poeta, profesor, lingüista y crítico literario español, miembro de la Generación del 27. Nació y murió en Madrid (1898-1990). Dirigió la Real Academia Española, la Revista de Filología Española y fue elegido para la Real Academia de la Historia. Se dedicó al estudio de la lengua y la literatura españolas, con especial atención a los poetas clásicos y la lírica popular. Asimismo, cultivó su propia poesía, de tono existencial y angustiado, en obras como Hijos de la ira, Oscura noticia y Hombre y Dios. Recibió numerosos premios y reconocimientos, entre ellos el Premio Nacional de Poesía en 1927 por su obra Poemas puros. Poemillas de la ciudad y el Premio Miguel de Cervantes en 1978 por el conjunto de su trayectoria literaria.

Méndez, Concha

Concha Méndez fue una poeta y dramaturga española que formó parte de la Generación del 27 y del grupo de las Sinsombrero. Nació en Madrid en 1898 y falleció en México en 1986. Entre sus obras más destacadas se encuentran Inquietudes, Surtidor, Canciones de mar y tierra y El ángel cartero. Mantuvo una estrecha amistad con artistas como Luis Buñuel, Federico García Lorca y Maruja Mallo. Contrajo matrimonio con el poeta Manuel Altolaguirre, con el que creó la revista Héroe y la editorial La Verónica. Durante la Guerra Civil Española, participó en el cine republicano como guionista. Al finalizar la guerra, se exilió en Francia, Estados Unidos y finalmente en México, donde siguió desarrollando su actividad literaria hasta su muerte.

Oliver, Antonio

Antonio Oliver fue un poeta, crítico literario, historiador de arte, ensayista y biógrafo español. Nació en Cartagena el 29 de enero de 1903 y murió en Madrid el 28 de julio de 1968. Fue parte de la generación del 27 y se inspiró en autores como Rubén Darío y Juan Ramón Jiménez. Publicó libros de poesía como Mástil y Tiempo Cenital. Junto con su esposa Carmen Conde, fundó la primera Universidad Popular de Cartagena en 1931, donde realizó una amplia labor cultural y educativa. Durante la guerra civil, trabajó como telegrafista y sufrió una enfermedad cardíaca que lo afectó el resto de su vida. También se dedicó al estudio y la edición de obras de otros autores, como Ramón Llull. Fue un escritor que mantuvo su estilo modernista a pesar de las tendencias vanguardistas y posguerra. Algunas de las obras más importantes de Antonio Oliver son: Mástil (1925): su primer libro de poesía, con influencias de Juan Ramón Jiménez y el modernismo. Tiempo cenital (1932): su segundo libro de poesía, con rasgos creacionistas y vanguardistas. Canto funeral por Manolete (1947): un poema dedicado al famoso torero muerto en la plaza. Libro de loas (1947): una colección de poemas líricos que celebran la vida y el arte. Don Luis de Góngora (1963): un estudio sobre la obra y la vida del poeta barroco. Garcilaso de la Vega (1965): una biografía novelada del poeta renacentista. Archivo Rubén Darío (1968): una edición crítica de los documentos del poeta nicaragüense que Oliver rescató y publicó.

Hernández, Miguel

Miguel Hernández: el poeta del pueblo y de la guerra

Miguel Hernández Gilabert (Orihuela, 30 de octubre de 1910 – Alicante, 28 de marzo de 1942) fue un poeta y dramaturgo español que se destacó por la profundidad y la autenticidad de sus versos, reflejo de su compromiso social y político. Considerado como un «genial epígono» de la generación del 27, Miguel Hernández también se vinculó a la Escuela de Vallecas, un movimiento artístico que buscaba expresar la realidad del pueblo y de la naturaleza.

De familia humilde, Miguel Hernández tuvo que abandonar muy pronto la escuela para ponerse a trabajar como pastor de cabras. Sin embargo, desarrolló su capacidad para la poesía gracias a ser un gran lector de poesía clásica española, especialmente de Garcilaso, Góngora, Quevedo y San Juan de la Cruz. En su pueblo natal, Orihuela, formó parte de una tertulia literaria donde conoció a Ramón Sijé, con quien estableció una gran amistad que le inspiraría uno de sus poemas más famosos: Elegía a Ramón Sijé.

En la década de 1930 viajó a Madrid y colaboró en distintas publicaciones literarias, estableciendo relación con los poetas de la época, como Vicente Aleixandre, Pablo Neruda o Federico García Lorca. A su vuelta a Orihuela redactó Perito en lunas (1933), su primer libro de poemas, donde se refleja la influencia de los autores que leyó en su infancia y los que conoció en su viaje a Madrid. Ya establecido en Madrid, trabajó como redactor en el diccionario taurino El Cossío y en las Misiones pedagógicas de Alejandro Casona. Escribió en estos años los poemarios El silbo vulnerado (1934), Imagen de tu huella (1934) y el más conocido: El rayo que no cesa (1936), donde muestra su pasión amorosa por Josefina Manresa, con quien se casaría en 1937.

La Guerra Civil española marcó un punto de inflexión en la vida y la obra de Miguel Hernández. Se alistó en el bando republicano y participó activamente en el frente y en la retaguardia. Durante la guerra compuso Viento del pueblo (1937) y El hombre acecha (1938), dos libros de poesía que se conocieron como «poesía de guerra», donde expresa su solidaridad con el pueblo y su denuncia contra el fascismo. También viajó a la Unión Soviética como delegado del II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura.

Al terminar la guerra intentó salir del país, pero fue detenido en la frontera con Portugal. Condenado a pena de muerte, se le conmutó por la de treinta años, pero no llegó a cumplirla porque murió de tuberculosis el 28 de marzo de 1942 en la prisión de Alicante. Durante su cautiverio escribió Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941), una obra desgarradora donde expresa su dolor por la pérdida de su primer hijo, Manuel Ramón, y por la separación de su esposa y su segundo hijo, Manuel Miguel.

Miguel Hernández fue un poeta que supo plasmar con maestría y sensibilidad las vivencias del pueblo, el amor, la guerra y la muerte. Su poesía es un testimonio valioso y emotivo de una época convulsa y trágica de la historia española. Su voz no se apagó con su muerte, sino que se ha mantenido viva y vigente a través del tiempo, gracias al reconocimiento y al homenaje de otros poetas, músicos y artistas que han difundido su obra.

Los temas principales de la poesía de Miguel Hernández son:

  • La pena: es el sufrimiento existencial, la convicción de su destino trágico. Se vincula a otros temas como el amor, la ausencia y la muerte.
  • El amor: ligado a la pasión y al erotismo. Se relaciona, por una parte, con el dolor ante el sino adverso, y, por otra, con la culminación de la unión conyugal y la maternidad.
  • El odio: la acechanza entre los hombres, surgida de la tragedia marcada por las guerras, de la crueldad del ser humano convertido en fiera. Ante esto, el poeta opone amor, solidaridad y esperanza.
  • La naturaleza: en sus inicios era el tema principal como se ve reflejado en Perito en lunas. Después pasó a ser el motivo poético que le permite expresar su compromiso social con los trabajadores como podemos observar en Viento del pueblo. Por último y como se refleja en Cancionero y romancero de ausencias la naturaleza es el encuentro de los hombres ante la adversidad.
  • La vida y la muerte: el mundo poético de Hernández se define, como él mismo dijo, como el del amor y la muerte, junto a la vida. Vida y muerte se aúnan en dos sentidos: el existencialista (el hombre es un ser nacido para morir) y la muerte como semilla (es el concepto de la eternidad). Así, tras el canto entusiasta a la vida de sus comienzos, vemos cómo la vida y la muerte se abrazan en los poemas últimos del Cancionero.
Fuentes:
Dámaso Alonso: «Miguel Hernández: genial epígono», Revista Hispánica Moderna (1949).
A. Sánchez Vidal: «Miguel Hernández: Escuela Poética Vallecas», Revista Anthropos (1985).
Mis Apuntes: Miguel Hernández: temas de su poesía.
Mitos y símbolos en la poesía de Miguel Hernández.

Aleixandre, Vicente

Vicente Aleixandre es uno de los poetas españoles más destacados de la generación del 27. Su vida transcurrió entre Sevilla, donde nació en 1898, y Madrid, donde falleció en 1984. Fue miembro de la Real Academia Española desde 1950 y obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1977.

Su poesía se basa en el poder de la metáfora y lo sitúa como el máximo exponente del surrealismo poético español. Su evolución se puede dividir en tres fases: una inicial de poesía pura (influida por Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas y Jorge Guillén), otra de poesía surrealista y una final de poesía antropocéntrica.

Entre sus obras más relevantes se encuentran: Ámbito (1928), La destrucción o el amor (1935), Sombra del paraíso (1944), Historia del corazón (1954), Poemas de la consumación (1968) y Diálogos del conocimiento (1974).

Diego, Gerardo

Gerardo Diego Cendoya, nacido en Santander el 3 de octubre de 1896 y fallecido en Madrid el 8 de julio de 1987, fue un poeta y musicólogo español encuadrado en la Generación del 27. Doctorado en Lengua y Literatura por la Universidad de Madrid en 1920, impartió clases como profesor de instituto en diversas ciudades de la geografía española. Durante la década de 1920 comenzó a escribir poesía de vanguardia y experimental, uniéndose a los movimientos ultraístas y creacionistas. Las localizaciones donde residía inspiraron muchos de sus trabajos como: Imagen (1922), Soria (1923) o Versos humanos (1925). Sin embargo, con posterioridad, se dedicó a una poesía más religiosa: Via crucis (1931) y Ángeles de Compostela (1940). Aunque se considera que sus mejores obras fueron dos de sus últimos poemarios: Alondra de verdad (1941), un diario en 42 sonetos con un tono más clásico y tradicional, y Paisaje con figuras (1956). En 1979 le fue entregado el Premio Cervantes compartido con Jorge Luis Borges.