La palabra “Resignación” me sabe a derrota. La resignación, me dijo un anciano de los que saben mucho de este tema, es un instrumento que sólo se toca cuando no hay más remedio y es el placebo de quienes se rinden… Si el primer ser humano se hubiera resignado, el mundo seguiría en el Paleolítico, y alguien me dirá: “¡Y cuánto habríamos ganado!” … Pero, con sus muchos defectos, me gusta el presente que me ha tocado vivir, es el mío y hay no otro, y no me resigno e intento aportar alguna migaja por si lo puedo mejorar, aunque simplemente sea soñando… Ya sé que al final la vida siempre te derrota, sí, lo sé, pero ¿quién me va impedir morir luchando?…
Sin embargo, en nuestra sociedad occidental se nos ha enseñado, desde pequeños y desde antiguo, que la resignación es una virtud, una capacidad humana para adaptarse y aceptar las adversidades, y nos persuaden de que nefasto asimilar el concepto de derrota, por lo que no tienen ningún sentido aceptar la paciencia y la humildad… Qué fácil es pensar así cuando se está arriba, en la soleada terraza del poder, donde nunca se invita a la tolerancia ni a la modestia… Puede que la resignación sea una forma de avanzar sin oponer resistencia, adaptándose a las circunstancias, aunque ¿no se corre entonces el riesgo de estar inerme al capricho del viento?
“La resignación se encarga de rebajar al orgullo para aliviar el peso de la carga que soportamos diariamente”, pero reivindico mi derecho a llevar mi propio peso y a ser partícipe de mi propio destino. Si me equivoco, quiero ser yo quien lo haga y no la incompetencia de otros. Todo creador quiere que su obra se utilice y si se me concedió el don de la vida, el universo esperará que viva, que busque mi camino y que no me deje abrazar por los mullidos brazos de la resignación. No me importa que otras manos pongan la música, mientras pueda bailar solo las piezas que me gusten … La paciencia es otra cosa muy distinta, pues consiste en esperar el momento oportuno y saber aprovechar las ocasiones, en cambio, si te resignas, ellas pasan y se pierden.
La resignación es el calmante que sólo debe utilizarse ante las cosas sin remedio. Veamos, pues, que dijeron otras voces más preparadas que yo sobre ello:
Alcott – Louisa May
La esperanza puede reforzar el amor y la fe hace posible la resignación.
Anónimo
Aquel que se acomoda a lo que fatalmente sucede, es sabio y apto para el conocimiento de las cosas divinas.
Baha – Abdul
Sólo si uno acepta las peores vicisitudes, no sólo con resignación, sino con aquiescencia radiante, puede obtener la libertad.
Balzac
Cree en el corazón de tu madre; los caminos tortuosos no conducen a nada bueno, la paciencia y la resignación deben ser nuestras principales virtudes.
La resignación es un suicidio cotidiano.
Belli – Gioconda
Dime que no me conformarás nunca, ni me darás la felicidad de la resignación, sino la felicidad que duele de los elegidos, los que pueden abarcar el mar y el cielo con sus ojos y llevar el Universo dentro de sus cuerpos.
Bome – Ludwin
¡Resignación! Qué triste palabra y sin embargo es el único refugio que queda.
Delibes – Miguel
Daniel aceptó este hecho con la resignación con la que se aceptan las cosas ineluctables.
Dolina – Alejandro
Cualquier cosa es preferible a esa mediocridad eficiente, a esa miserable resignación que algunos llaman madurez.
Galiani – Ferdinand
Lo importante no es curarse, si no vivir con sus males.
Goethe
Para poder resignarse es menester carácter.
Guerra – Juan Eulogio
¿Sabe la flor que por ella se resigna la raíz a no conocer la estrella?
González Prada – Manuel
Al indio no se le predique humildad y resignación sino orgullo y rebeldía. ¿Qué ha ganado con trescientos o cuatrocientos años de conformidad y paciencia? Mientras menos autoridades sufra, de mayores daños se liberta.
Homero
El humano que pierde al ser más querido, acaba por cesar en lágrimas y lamentos, porque el destino ha concedido a los hombres el bien de la resignación.
Horacio Flaco – Quinto
La resignación alivia todos los males sin remedio.
López Albújar – Enrique
La resignación es cuestión de temperamento, señor, y el valor de la vida, cuestión de apreciación —le respondí—.
Mure – Pierre Le
Una de las cosas que se aprende con el tiempo es la resignación, el sentido de la renuncia, la aceptación de lo inevitable.
Sábato – Ernesto
Hay una manera de contribuir a la protección de la humanidad, y es no resignarse.
Ovidio Nasón – Publio
Se hace ligera la carga que se sabe llevar bien.
Unamuno – Miguel de
El que quiere todo lo que sucede, consigue que suceda cuanto quiere. ¡Omnipotencia humana por resignación! A esta resignación sólo por la gracia se llega.