Acérquense al borde, les dijo. No podemos, tenemos miedo, contestaron. Acérquense al borde, repitió. Y se acercaron. Él les empujó… y levantaron vuelo.
Guillaume Apollinaire
El pasado día 9 de este mes de noviembre se cumplieron cien años de la muerte del poeta, novelista y ensayista francés Guillaume Apollinaire, cuyo verdadero nombre era Wilhelm Apollinaire de Kostrowitsky. Fallecido en París, a causa de la pandemia de gripe denominada “Española”, la cual causó más muertes que la propia Primera Guerra Mundial, había nacido en Roma treinta y ocho años antes.
Hombre vitalista, siempre ávido de aprovechar al máximo los placeres que la vida le ofrecía, enamoradizo y seductor por igual, no dudaba en afiliarse a cualquier movimiento novedoso, por lo que no era extraño que fuera promotor de casi todas las vanguardias artísticas de su época, incluyendo el cubismo, siendo el más destacado teórico y precursor del surrealismo, cuya etiqueta surgió de su propia invención, siendo considerado por ello uno de los más grandes poetas franceses de principios del siglo XX. Uno de sus poemas más conocidos es Le pont Mirabeau (El puente Mirabeau):
Le pont Mirabeau Sous le pont Mirabeau coule la Seine Et nos amours Faut-il qu'il m'en souvienne La joie venait toujours après la peine Vienne la nuit sonne l'heure Les jours s'en vont je demeure Les mains dans les mains restons face à face Tandis que sous Le pont de nos bras passe Des éternels regards l'onde si lasse Vienne la nuit sonne l'heure Les jours s'en vont je demeure L'amour s'en va comme cette eau courante L'amour s'en va Comme la vie est lente Et comme l'Espérance est violente Vienne la nuit sonne l'heure Les jours s'en vont je demeure Passent les jours et passent les semaines Ni temps passé Ni les amours reviennent Sous le pont Mirabeau coule la Seine Vienne la nuit sonne l'heure Les jours s'en vont je demeure
El puente Mirabeau Bajo el puente de Mirabeau fluye el Sena y nuestros amores. Es necesario que lo recuerde: la alegría siempre viene después del dolor. Llega la noche, suena la hora, los días se van, yo me quedo. Las manos en las manos permanecen cara a cara, mientras que bajo el puente de nuestros brazos, pasa de las eternas miradas la ola, tan cansada. Llega la noche, suena la hora, los días se van, yo me quedo. El amor se va como esta agua corriente, el amor se va en tanto que la vida es lenta y en tanto que la esperanza es violenta. Llega la noche, suena la hora, los días se van, yo me quedo. Pasan los días y pasan las semanas, ni el tiempo gastado ni los amores regresan. Bajo el puente de Mirabeau fluye el Sena Llega la noche, suena la hora, los días se van, yo me quedo.
Su madre, Angelika Kostrowicka, nacida en Nowogródek (ahora Navahrudak, en Bielorrusia), era de la nobleza polaca, y su padre un oficial italiano, Francesco Flugi de Aspermonte, que les abandonó cuando Wilhelm era muy joven. Su madre, su hermanastro Albert y él se mudan a Mónaco en 1897, y Wilhelm cursa sus estudios en escuelas de Cannes y Niza. Durante los años de juventud, los dos hermanos disfrutaron de algunas aventuras veraniegas por tierras valonas que le marcarían en su imaginación y en algunas de sus creaciones, como «Marie»:
Marie Vous y dansiez petite fille Y danserez-vous mère-grand C’est la maclotte qui sautille Toute les cloches sonneront Quand donc reviendrez-vous Marie Les masques sont silencieux Et la musique est si lointaine Qu’elle semble venir des cieux Oui je veux vous aimer mais vous aimer à peine Et mon mal est délicieux Les brebis s’en vont dans la neige Flocons de laine et ceux d’argent Des soldats passent et que n’ai-je Un cœur à moi ce cœur changeant Changeant et puis encor que sais-je Sais-je où s’en iront tes cheveux Crépus comme mer qui moutonne Sais-je où s’en iront tes cheveux Et tes mains feuilles de l’automne Que jonchent aussi nos aveux Je passais au bord de la Seine Un livre ancien sous le bras Le fleuve est pareil à ma peine Il s’écoule et ne tarit pas Quand donc finira la semaine
Marie Tú allí bailaste pequeña niña. ¿Bailarás allí abuela? ¿Es la maclotte lo que zapateas? Todas las campanas sonarán. ¿Cuándo volverás Marie? Las máscaras son silenciosas y la música está tan distante que parece venir desde el cielo Sí, quiero amarte, pero tú amas al dolor y mi mal es delicioso. Las ovejas se van en la nieve, copos de lana y aquellas de plata. Unos soldados pasan, ¿y qué tengo?, un corazón para mí, ese corazón cambiante, cambiante y luego otra vez, ¿qué sé yo? ¿Sé dónde irán tus cabellos? rizados como el mar, cual oveja. ¿Sé dónde irá tus cabellos? Y tus manos hojas de otoño que cubren nuestras confesiones. Paseaba al lado del Sena, un libro viejo debajo del brazo, el río es idéntico a mi dolor, fluye y no se seca jamás. ¿Cuándo terminará la semana?
En 1901 y 1902, fue tutor de la vizcondesa Eleanor de Milhaud, en cuya casa se enamora de la ama de llaves inglesa que allí trabajaba, Annie Playden, quien lo rechaza, sin embargo, Wilhelm nunca se daba por vencido y de vuelta en París, donde ahora residía su familia, siguió manteniendo el contacto con Annie, con quien intentó tener relaciones, por lo menos, dos veces más, sin embargo, a la vista de los pocos avances logrados, en 1905 se fue a América. De su relación con Annie surgieron muchos poemas, incluyendo el que lleva su nombre, «Annie»:
Annie Sur la côte du Texas Entre Mobile et Galveston il y a Un grand jardin tout plein de roses Il contient aussi une villa Qui est une grande rose Une femme se promène souvent Dans le jardin toute seule Et quand je passe sur la route bordée de tilleuls Nous nous regardons Comme cette femme est mennonite Ses rosiers et ses vêtements n’ont pas de boutons Il en manque deux à mon veston La dame et moi suivons presque le même rite
Annie En la costa de Texas, entre Mobile y Galveston, hay un gran jardín repleto de rosas. También contiene una villa que es una rosa grande. Una mujer camina a menudo por el jardín sola y, cuando voy por el camino bordeado de tilos, nos miramos el uno al otro. Como esta mujer es menonita sus rosas y sus ropas no tienen botones. Han desaparecido dos en mi chaqueta. La dama y yo seguimos casi el mismo rito.
Entre 1902 y 1907, trabajó como contable en la bolsa y comenzó a publicar cuentos y poemas en varias revistas, desde las que también teorizó a favor de las nuevas tendencias en el arte, como el cubismo y el fauvismo, compartiendo la vida bohemia con muchos de los representantes de estos movimientos: Pablo Picasso, André Derain, Edmond-Marie Poullain, Maurice de Vlaminck y Douanier Rousseau, o la pintora Marie Laurencin, con quien tuvo una relación caótica y tormentosa.
Decide dedicarse por entero a la literatura y escoge como núcleo de su creación la poesía, a la que consideraba como una parte inseparable de las experiencias cotidianas, por lo que en sus poemas siempre se reflejan estados e inquietudes de lo habitual: el amor, los recuerdos, la melancolía, el erotismo… pero siempre buscando la renovación en su estilo, por lo que su canon poético se puede considerar como un puente de transición entre el simbolismo y el surrealismo. En El bestiario o el cortejo de Orfeo (1911) todavía se reflejan influencias del simbolismo, aunque ya introduce ciertas innovaciones formales, pero el reconocimiento general le llegaría con Alcoholes (1913), donde la evolución hacia el surrealismo ya es evidente sin rechazar su procedencia simbolista, sin embargo, sería durante su convalecencia cuando escribiría sus poemas más famosos, los cuales serían recogidos, póstumamente, en su libro Caligramas (1918).
Sin embargo, su trabajo iba mucho más allá de ser un simple poeta, y ejerció como editor, novelista, periodista, profesor y crítico de arte, dirigiendo una edición de clásicos eróticos, escribiendo sus propias novelas eróticas, como Las once mil vergas (1908) o Las hazañas de un joven Don Juan (1908), así como narraciones breves del tipo de El encantador en putrefacción (1909) u otros relatos de contenido fantástico, como El poeta asesinado. En el apartado de ensayo podemos citar títulos como: La antitradición futurista (1913), Los pintores cubistas (1913), donde defiende el nuevo movimiento antítesis del realismo, o La Roma de los Borgia (1914). Y como editor y periodista podemos destacar sus colaboraciones en las revistas París-midi, Mercure de France o Les marges, siendo fundador, a su vez, de las publicaciones Le Festin d’Esope y Les Soirées de París. También se le conocen algunas obras dramáticas entre las que destacamos Les Mamelles de Tirésias o El color del tiempo.
En septiembre de 1911, acusado de complicidad en un robo porque uno de sus conocidos sustrajo algunas estatuillas del Louvre, fue encarcelado durante una semana en la prisión de la Santé; esta experiencia lo marcará bastante. Intentó unirse al ejército francés en agosto de 1914, pero el Consejo de Revisión suspendió su solicitud porque no tenía nacionalidad francesa, sin embargo, es aceptado al segundo intento, en diciembre de 1914, por lo que debe someterse a un procedimiento de naturalización. Poco antes de comprometerse con el ejército, se enamora de Louise de Coligny-Châtillon, a quien llama Lou. Ella está divorciada y, aunque parece ser correspondido, Lou no oculta que está muy apegada a un hombre al que llama Toutou. Rompieron en marzo de 1915, aunque siguieron siendo amigos. De esta relación queda una correspondencia de notable poesía.
El 2 de enero de 1915 conoció a Madeleine Pagès en un tren y siete meses después se comprometería en matrimonio con ella, pero entre tanto, se incorporó al 38ª Regimiento de Artillería con el que iría al frente de Champagne en abril de 1915. Desde las trincheras, a pesar de los problemas cotidianos de la guerra, mantuvo una abundante correspondencia con sus muchos amigos, además de con Lou y Madeleine, la cual fue recopilada en «Cases d’Armons». En noviembre sería trasladado al 96ª Regimiento de Infantería con el rango de teniente, siendo herido en marzo de 1916 por la explosión de un obús. Evacuado a París, se le practica una trepanación para sacarle la metralla de la cabeza. Tras una larga convalecencia, va regresando gradualmente a su trabajo literario. Por ese tiempo se casa con Jacqueline, la «jolie rousse» del poema, a quien le debemos muchas de sus publicaciones póstumas.
Le Jolie rousse Me voici devant tous un homme plein de sens Connaissant la vie et de la mort ce qu'un vivant peut connaître Ayant éprouvé les douleurs et les joies de l'amour Ayant su quelquefois imposer ses idées Connaissant plusieurs langages Ayant pas mal voyagé Ayant vu la guerre dans l'Artillerie et l'Infanterie Blessé à la tête trépané sous le chloroforme Ayant perdu ses meilleurs amis dans l'effroyable lutte Je sais d'ancien et de nouveau autant qu'un homme seul pourrait des deux savoir Et sans m'inquiéter aujourd'hui de cette guerre Entre nous et pour nous mes amis Je juge cette longue querelle de la tradition et de l'invention De l'Ordre de l'Aventure Vous dont la bouche est faite à l'image de celle de Dieu Bouche qui est l'ordre même Soyez indulgents quand vous nous comparez A ceux qui furent la perfection de l'ordre Nous qui quêtons partout l'aventure Nous ne sommes pas vos ennemis Nous voulons nous donner de vastes et d'étranges domaines Où le mystère en fleurs s'offre à qui veut le cueillir Il y a là des feux nouveaux des couleurs jamais vues Mille phantasmes impondérables Auxquels il faut donner de la réalité Nous voulons explorer la bonté contrée énorme où tout se tait Il y a aussi le temps qu'on peut chasser ou faire revenir Pitié pour nous qui combattons toujours aux frontières De l'illimité et de l'avenir Pitié pour nos erreurs pitié pour nos péchés Voici que vient l'été la saison violente Et ma jeunesse est morte ainsi que le printemps O Soleil c'est le temps de la raison ardente Et j'attends Pour la suivre toujours la forme noble et douce Qu'elle prend afin que je l'aime seulement Elle vient et m'attire ainsi qu'un fer l'aimant Elle a l'aspect charmant D'une adorable rousse Ses cheveux sont d'or on dirait Un bel éclair qui durerait Ou ces flammes qui se pavanent Dans les roses-thé qui se fanent Mais riez de moi Hommes de partout surtout gens d'ici Car il y a tant de choses que je n'ose vous dire Tant de choses que vous ne me laisseriez pas dire Ayez pitié de moi
Debilitado por su herida, Guillaume Apollinaire murió el 9 de noviembre de 1918 a causa de la gripe española. Fue enterrado en el cementerio de Père-Lachaise en París mientras, en las calles, los parisinos celebraban el final de la guerra. La tumba de Guillaume Apollinaire en el cementerio de Père Lachaise, es un monumento diseñado por Picasso y financiado por la subasta de dos obras de Matisse y Picasso, tiene un doble epitafio extraído de la colección Caligramas, tres estrofas discontinuas de «Colline», que evocan su proyecto poético y su muerte, y un caligrama de fragmentos verdes y blancos en forma de corazón que dice: «Mon coeur pareil à une flamme renversée» (Mi corazón como una llama invertida).
Su nombre se menciona en las placas conmemorativas del Panteón de París en la lista de escritores que murieron durante la Primera Guerra Mundial.
Como ya hemos dicho anteriormente, Calligrammes, subtitulado Poèmes de la paix et de la guerre 1913-1916, fue publicado póstumamente en 1918 gracias a su viuda Jacqueline Colb, consistiendo los caligramas en un intento de escritura automática surrealista de romper la estructura lógica y sintáctica del poema, donde se dibujan objetos con el mismo texto del poema con la intención de diluir las fronteras entre las artes y los géneros, acercando la poesía al cubismo. Veamos algunos ejemplos: