Amor empieza por desasosiego,
solicitud, ardores y desvelos;
crece con riesgos, lances y recelos;
susténtase de llantos y de ruego.
Doctrínanle tibiezas y despego,
conserva el ser entre engañosos velos,
hasta que con agravios o con celos
apaga con sus lágrimas su fuego.
Su principio, su medio y fin es éste:
¿pues por qué, Alcino, sientes el desvío
de Celia, que otro tiempo bien te quiso?
¿Qué razón hay de que dolor te cueste?
Pues no te engañó amor, Alcino mío,
sino que llegó el término preciso.
“Amor empieza por desasosiego» es uno de los sonetos más famosos de Sor Juana Inés de la Cruz, la monja rebelde que, desde la Nueva España (México actual), sembró una de las primeras semillas por los derechos de la mujer.
Como soneto, su estructura poética consiste en catorce versos distribuidos en cuatro estrofas: dos cuartetos (estrofas de cuatro versos) y dos tercetos (estrofas de tres versos). Esta forma métrica es característica de la poesía del Renacimiento y el Barroco, y ha perdurado con éxito hasta nuestros días.
En los sonetos, los versos suelen ser endecasílabos (11 sílabas) o heptasílabos (7 sílabas). En este caso, Sor Juana utiliza versos de «arte mayor» (endecasílabos), demostrando su habilidad técnica y dominio de las formas poéticas. El esquema de rima es consonante, organizándose en ABBA ABBA para los cuartetos, y adoptando un esquema de CDE en los tercetos, lo que aporta un patrón rítmico musical y permite jugar con el sonido y la cadencia de las palabras.
En los cuartetos, Sor Juana introduce y desarrolla el tema del amor y el desasosiego. La primera estrofa se centra en los sentimientos iniciales del amor, mientras que la segunda añade una nueva capa de complejidad a estos sentimientos.
Por su parte, los tercetos suelen ofrecer una conclusión o resolución al conflicto planteado en los cuartetos. Aquí, Sor Juana profundiza en la contradicción inherente al amor, reflexionando sobre cómo el desasosiego y la pasión se entrelazan y afectan la vida emocional. Reprocha al celoso Alcino por no valorar lo que ha disfrutado y lamenta el final del amor, sugiriendo que, como todo lo vivo, el amor también tiene un final inevitable.
«Amor empieza por desasosiego» es un poema que refleja la complejidad y dualidad del amor, un tema recurrente en la obra de Sor Juana. A través de su estilo barroco y profundidad lírica, la autora explora los sentimientos contradictorios del amor: deseo y desasosiego, alegría y sufrimiento.
El poema comienza con una afirmación contundente: el amor empieza con un desasosiego, sugiriendo que la pasión amorosa puede ser origen de inquietud y malestar emocional. Esta idea subraya la naturaleza tumultuosa del amor, que no es un estado de felicidad plena, sino una experiencia cargada de tensiones internas.
A medida que avanza el poema, la autora usa un lenguaje rico en imágenes y metáforas, creando una atmósfera que refleja la intensidad del amor. Sor Juana juega con la idea del deseo insatisfecho y la incertidumbre que acompaña a los sentimientos amorosos, llevando al lector a una reflexión más profunda sobre la naturaleza del amor.
Finalmente, la obra resuena con la lucha interna de la poeta, quien, a pesar de su inmenso intelecto y sabiduría, se encuentra atrapada en los vaivenes del amor. Al hacerlo, Sor Juana no solo se presenta como una voz femenina en un contexto dominado por hombres, sino que también proporciona un análisis perspicaz de las emociones humanas, que sigue siendo relevante hoy en día.
El primer cuarteto de «Amor empieza por desasosiego» establece el tono del poema y presenta el comienzo de un amor movilizado por las pasiones y acompañado de inquietud, sugiriendo que desde el inicio es una experiencia cargada de tensiones y contradicciones. Esto refleja la vulnerabilidad ante los propios sentimientos y el reconocimiento de que el amor no es solo felicidad, sino una amalgama de emociones perturbadoras.
El uso del término «desasosiego» indica una falta de paz y un estado de ansiedad que contrasta con la idealización común del amor. Sor Juana, a través de esta imagen, invita al lector a considerar el amor desde una perspectiva más realista, donde el sufrimiento y la confusión son tan parte del amor como la felicidad y el deleite.
En el segundo cuarteto, la poeta sigue explorando la temática del amor, especialmente con la aparición de los celos. Destaca cómo el amor puede provocar una lucha interna donde deseos y temores coexisten. Sor Juana sugiere que el amor, además de ser un deseo anhelante, trae consigo la angustia de lo desconocido y la inestabilidad emocional.
La construcción del segundo cuarteto también explora la idea de que el amor ofusca la razón, mostrando cómo los sentimientos pueden desbordar la lógica y provocar una ceguera emocional. Esta representación del amor resuena con las tensiones de su época y establece una conexión universal con quienes han experimentado estos altibajos emocionales.
El primer terceto comienza con el verso categórico: “Su principio, su medio fin es éste”, refiriéndose al ciclo natural del amor. Sor Juana pregunta a Alcino qué reproches puede hacerle a Celia si hubo un tiempo en que de verdad le quiso. Esto se marca más en el segundo terceto, que cierra el soneto, indicando que el fin del amor no es un engaño, sino una realidad inevitable.
La causa de la muerte del amor, según Sor Juana, se debe a los agravios y celos, como lo señala en los versos 7 y 8: “hasta que con agravios o con celos / apaga con sus lágrimas su fuego.”
Sor Juana es conocida por su estilo barroco, manifestado en la complejidad de imágenes y estructuras. El uso de figuras retóricas como metáforas, aliteraciones y antítesis crea una textura rica que invita a la reflexión profunda. A menudo, incluye referencias a la literatura clásica y la tradición cultural, enriqueciendo sus versos.
El poema tiene un estilo claro que contrasta con las emociones turbulentas que describe, creando un conflicto emocional palpable. Sor Juana utiliza un vocabulario variado y elaborado, expresando sentimientos intensos y evocando estados emocionales complejos. Su uso de imágenes poéticas da vida a sus sentimientos, permitiendo al lector experimentar el desasosiego y la pasión de manera tangible.
Sor Juana Inés de la Cruz nació en 1648 en San Miguel de Nepantla, en el actual México, entonces colonia española. La cultura virreinal, marcada por la fusión de elementos indígenas y europeos, influyó en su poesía y cosmovisión. En su época, las mujeres enfrentaban muchas restricciones sociales, educativas y literarias, pero Sor Juana se destacó como defensora del derecho de las mujeres a la educación, buscando autonomía intelectual en un mundo patriarcal.
Recibió una educación sólida, incluyendo literatura clásica (griega y romana). Poetas como Horacio y Ovidio influyeron en su estilo y su abordaje de temas universales como el amor, la pasión y el sufrimiento. También estuvo influenciada por el misticismo, reflejado en sus reflexiones sobre el amor divino y humano, con posibles influencias de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús.
Sor Juana también pudo haber recibido influencias de su círculo literario y la rica tradición poética española, donde el amor cortés y las exploraciones psicológicas del ser humano son temas centrales. El uso del soneto, la lira y otras formas métricas revela su dominio técnico y su capacidad para jugar con la forma poética.
Un pensamiento en “Amor empieza por desasosiego, de Sor Juana de la Cruz.”