Germain Nouveau

Germain Nouveau, poeta francés, falleció el 4 de abril de 1920, habiendo nacido el 31 de julio de 1851, en la comuna de Pourrères, el mismo pueblo donde murió, en el departamento francés de Var.

Criado por su abuelo, al morir su madre cuando él solo contaba con seis años de edad, pasó su infancia en la ciudad de Aix-en-Provence, mudándose a París a los veintiún años, donde publicó su primer poema, “Soneto de verano”, descubriendo allí el trabajo de los poetas simbolistas como Verlaine o Rimbaud, con quien vivió en Londres un tiempo.

De vuelta en París, colaboró en los periódicos Le Gaulois y Le Figaro y también trabajó de profesor, mientras tanto intercalaba viajes: Bélgica, Países Bajos, Beirut… Hasta que una enfermedad mental lo tuvo retenido en un hospital durante meses, al final de la cual, encaminó su vida hacia una perspectiva más mística haciendo voto de pobreza y viajando a Roma y Santiago de Compostela poco antes de morir.

Amour

Je ne crains pas les coups du sort,
Je ne crains rien, ni les supplices,
Ni la dent du serpent qui mord,
Ni le poison dans les calices,
Ni les voleurs qui fuient le jour,
Ni les sbires ni leurs complices,
Si je suis avec mon Amour.

Je me ris du bras le plus fort,
Je me moque bien des malices,
De la haine en fleur qui se tord,
Plus caressante que les lices ;
Je pourrais faire mes délices
De la guerre au bruit du tambour,
De l'épée aux froids artifices,
Si je suis avec mon Amour.

Haine qui guette et chat qui dort
N'ont point pour moi de maléfices ;
Je regarde en face la mort,
Les malheurs, les maux, les sévices ;
Je braverais, étant sans vices,
Les rois, au milieu de leur cour,
Les chefs, au front de leurs milices,
Si je suis avec mon Amour.

ENVOI.

Blanche Amie aux noirs cheveux lisses,
Nul Dieu n'est assez puissant pour
Me dire : « Il faut que tu pâlisses »,
Si je suis avec mon Amour.
Amor

Yo no temo los golpes del destino,
yo no temo nada, ni a los tormentos,
ni al diente de la serpiente que muerde,
ni al veneno en los cálices,
ni a los ladrones que huyen del día,
ni a los secuaces ni a sus cómplices,
si yo estoy con mi Amor.

Yo me río del brazo más fuerte,
no me importan mucho las travesuras,
del odio en flor que se retuerce,
más acariciante que los piojos;
podría hacer mis propias delicias
de la guerra al son del tambor,
de la espada a los fríos artificios,
si yo estoy con mi Amor.

El odio al acecho y el gato dormido
No tienen ninguna maldición sobre mí;
yo miro a la cara de la muerte,
los infortunios, los males, los abusos;
yo me atrevería, estando sin vicios
con los reyes, en medio de su corte,
con los jefes, al frente de sus milicias,
si yo estoy con mi Amor.

ENVÍO.

Amigo blanco con pelo negro y lacio,
ningún Dios es lo bastante poderoso para
decirme: "Debes palidecer",
si yo estoy con mi Amor.

Un artículo de Antonio Cruzans

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