Rafael Obligado murió el 8 de marzo de 1920 en Mendoza, habiendo nacido el 27 de enero de 1851 en Buenos Aires.
Es uno de los grandes poetas argentinos, en cuya obra se reflejan los paisajes de su tierra y se recrean los personajes populares, aunque no utiliza la lengua gaucha como algunos de sus antecesores.
Comenzó los estudios de Derecho en Buenos Aires, pero no los concluyó, para dedicarse a su mayor vocación desde una edad muy temprana, la creación poética, convirtiéndose en una de las principales figuras de la escena cultural argentina de su tiempo, siendo uno de los fundadores de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y logrando un sillón en la Real Academia Española.
Representante, en sus inicios, del romanticismo, escribió el extenso poema en décimas sobre el tema gauchesco en leguaje culto, Santos Vega, basado, en apariencia, en un personaje real, un payador, un cantante popular que improvisa sobre temas varios y entra en competición con otro que hace de contrapunto. Sin embargo, en Leyendas argentinas (1877) nos encontramos con el Rafael de la “generación de los 80”, preocupado por los orígenes legendarios e históricos de la nación del Sur.
Pensamiento A bañarse en la gota de rocío Que halló en las flores vacilante cuna, En las noches de estío Desciende el rayo de la blanca luna. Así, en las horas de celeste calma Y dulce desvarío, Hay en mi alma una gota de tu alma Donde se baña el pensamiento mío.
Un artículo de Antonio Cruzans