Soneto de repente, de Lope de Vega

En esta ocasión vamos a comentar un poema bastante conocido en las aulas de Literatura española, me refiero a aquel soneto que comienza: “Un soneto me manda hacer Violante”, surgido de la fecunda imaginación del inmortal Lope de Vega (1562-1635), uno de los máximos exponentes del Siglo de Oro español, quien fue prolífico en muchos campos: como poeta, dramaturgo, novelista y amante, entre otras cosas, y muy conocido por su versatilidad y genialidad. Este poema, también conocido como “Soneto de repente” pertenece a su colección de sonetos, muchos de los cuales se insertan en sus comedias o se publicaron en obras como las Rimas (1602). Fue escrito en el contexto del Barroco temprano y refleja la maestría de Lope en el manejo de las diferentes formas poéticas, tanto tradicionales como novedosas, y un ejemplo de su capacidad para combinar ingenio, humor y reflexión sobre el acto mismo de escribir poesía, lo que lo convierte en una pieza singular dentro de su obra lírica.

Leamos el poema:

Un soneto me manda hacer Violante,
en mi vida me he visto en tanto aprieto;
catorce versos dicen que es soneto,
burla burlando van los tres delante.


Yo pensé que no hallara consonante,
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto,
no hay cosa en los cuartetos que me espante.


Por el primer terceto voy entrando,
y aún parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.


Ya estoy en el segundo, y aun sospecho
que estoy los trece versos acabando:
contad si son catorce, y está hecho.

El poema, en su forma, es un claramente petrarquista, compuesto por catorce versos endecasílabos divididos en dos cuartetos (ABBA ABBA) y dos tercetos (CDE CDE). La rima es consonante, siguiendo la tradición del soneto italiano, lo que demuestra la destreza técnica de Lope. La métrica es regular, con acentos rítmicos que refuerzan el tono conversacional y ligero, casi como si el poeta estuviera improvisando en voz alta. Este ritmo dinámico contribuye al efecto de espontaneidad que el poema busca transmitir.
Por otro lado, en lo que se refiere a su contenido y temática, el “Soneto de repente” es un ejercicio de metapoesía, ya que el tema central es el proceso mismo de componer un soneto. El hablante lírico narra, en tiempo real, cómo responde al encargo de una tal Violante, quien le pide escribir un soneto. A lo largo del poema, Lope describe con humor los desafíos de encontrar rimas, cumplir con la estructura de catorce versos y avanzar por los cuartetos y tercetos, todo mientras mantiene al lector consciente del artificio poético.

El poema se desarrolla como una narración en presente, donde el poeta cuenta su progreso verso por verso: comienza con el “aprieto” del encargo (v. 2), se sorprende de su propio avance (v. 6-7), y finalmente celebra haber completado los catorce versos (v. 14). Este enfoque lúdico no solo desmitifica el acto poético, mostrando sus dificultades, sino que también exalta la habilidad del poeta, quien logra cumplir el encargo con aparente facilidad.

Aunque a simple vista parezca algo sencillo, Lope despliega una serie de recursos que enriquecen el poema y refuerzan su tono juguetón. Ya he hablado de la metapoesía, es decir, que el poema se refiere a la poesía y reflexiona sobre su propia creación, rompiendo la ilusión poética al exponer la estructura del soneto (e.g., “catorce versos dicen que es soneto”, v. 3). Y ello lo hace empleando bastante ironía y buen humor, pues el hablante finge estar en apuros (“en tanto aprieto”, v. 2), pero su fluidez al componer revela que esta dificultad es una pose, lo que genera un efecto cómico. Así mismo, aparecen la personificación cuando los versos y estrofas parecen tomar vida propia, como en “burla burlando van los tres delante” (v. 4), donde los versos avanzan casi por voluntad propia, y la paradoja, ya que el poema se presenta como una tarea ardua, pero su ejecución es impecable, lo que crea un contraste entre la queja del poeta y su destreza real. Todo ello lo lleva a cabo mediante un lenguaje coloquial, con frases como “contad si son catorce, y está hecho” (v. 14) que dan un tono cercano y desenfadado, poco común en la poesía culta de la época. Y por último, pero no menos importantes, están la aliteración y el ritmo, mediante el uso de repeticiones sonoras (e.g., “burla burlando”) y el empleo del endecasílabo que refuerzan la musicalidad y el dinamismo.

El “Soneto de repente” puede leerse en varios niveles: Como un juego literario, donde el poema sería un divertimento que exhibe la habilidad de Lope para improvisar dentro de una forma rígida, ya que, al narrar el proceso de escritura, convierte al lector en testigo de su ingenio, un rasgo típico del conceptismo barroco, que valora la agudeza intelectual. Como una reflexión sobre el arte, pues al exponer las “costuras” del soneto, Lope cuestiona la idealización de la poesía como inspiración divina y la presenta como un trabajo técnico, aunque no exento de creatividad. Como un autorretrato de él mismo, el poeta, ya que el tono ligero y autoconsciente refleja la personalidad de Lope, conocido por su carisma y su capacidad para conectar con el público, ya sea en el teatro o en la poesía. O, incluso, como una crítica implícita al burlarse de las convenciones del soneto, pues podría estar satirizando la rigidez de las formas poéticas petrarquistas, que dominaban la lírica culta de su tiempo.

El “Soneto de repente” sigue siendo un poema atractivo por su universalidad y modernidad. Su carácter autorreflexivo anticipa las preocupaciones de la literatura contemporánea sobre el proceso creativo y la relación entre autor y obra. Además, su humor y accesibilidad lo hacen ideal para introducir a nuevos lectores en la poesía del Siglo de Oro, mostrando que incluso los grandes poetas podían tratar su arte con ligereza y autocrítica.

En un contexto educativo, el poema invita a debates sobre la creatividad bajo presión, la relación entre forma y contenido, y el papel del humor en la literatura seria. También puede servir como punto de partida para comparar la poesía barroca con otras corrientes literarias que experimentan con la autorreferencialidad, como el modernismo o la poesía posmoderna.

En conclusión, el “Soneto de repente” de Lope de Vega es una joya de la poesía barroca que combina ingenio, técnica y humor en un ejercicio de metapoesía. A través de su aparente simplicidad, el poema revela la maestría de Lope para dominar el soneto mientras reflexiona sobre el acto de crearlo. Su tono lúdico, su estructura impecable y su capacidad para conectar con el lector lo convierten en una obra atemporal, digna de análisis y admiración. Como dice el propio Lope, “contad si son catorce, y está hecho”: el poema no solo cumple con el encargo de Violante, sino que trasciende su propósito inicial para convertirse en un testimonio del genio poético.

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