“Si no pudiera escribir, en los momentos de euforia sería guerrillero, en los de pasividad, prestidigitador. Ser poeta incluye las dos cosas”.
Joan Brossa
REVOLUCIÓ CONSTRUÏDA
A Guillem i Pilar
Subratlla la raó qui no la té,
la pols ressona damunt l'estructura,
i mar i terra mostren la juntura
girada per la sang i pel diner.
El qui exerceix el poder, no cal fer
embuts, s'omple el barret de confitura,
es torna defensor de la cultura
i en tot ans primeríssim que primer.
Estrofa, crida, deixa't d'ors i emblemes!
El pensament traspua aquests poemes
i obre les ales al vast horitzó.
Guanya amb els seus ocells tots els dilemes
i escampa la certesa que res no
ens cal sinó la Revolució.
REVOLUCIÓN CONSTRUIDA
(traducción literal)
A Guillermo y Pilar
Subraya la razón quien no la tiene,
el polvo resuena sobre la estructura,
y mar y tierra muestran la juntura
girada por la sangre y por el dinero.
Quien ejerce el poder, no necesita hacer
embudos, se llena el sombrero de confitura,
se vuelve defensor de la cultura
y en todo antes primerísimo que primero.
¡Estrofa, grita, déjate de oros y emblemas!
El pensamiento exuda estos poemas
y abre las alas en el vasto horizonte.
Gana con sus pájaros todos los dilemas
y esparce la certeza de que nada
necesitamos sino la Revolución.
REVOLUCIÓN CONSTRUIDA
(Versión en castellano)
A Guillem y Pilar
Subraya la razón el embustero,
resuena el polvo sobre la estructura,
y mar y tierra muestran la juntura
que gira con la sangre y el dinero.
El que ejerce el poder, decirlo quiero
sin tapujos, también dicta la usura,
se vuelve defensor de la cultura,
primerísimo antes que primero.
¡Estrofa, grita, olvida oros y emblemas!
Rezuma el pensamiento estos poemas,
las alas abre a una vasta extensión.
Con sus pájaros vence los dilemas
y extiende la certeza que ahora no
nos basta sino la Revolución.

Joan Brossa, poeta, dramaturgo, guionista, diseñador, escultor y varias calificaciones artísticas más, nació en Barcelona en 1919. En su extensa producción poética está muy presente su pensamiento político y social. Sus poemas suelen ser un ejercicio de la memoria, pues el olvido es una puerta abierta por donde de nuevo se cuelan las injusticias, y una llamada a la revolución y a la lucha, pero entendiendo estos conceptos en su justa medida: la revolución es un cambio, un giro que permita encontrar una mejor posición al cuerpo social sobre esta tierra, y la lucha significa no rendirse, seguir, cueste lo que cueste, defendiendo los derechos naturales y universales de todo ser humano.
En lo formal, Brossa busca la simplificación, lo importante es el mensaje y el resto una herramienta para potenciarlo, sin embargo, nunca descarta una buena metáfora o cualquier otra transgresión del lenguaje que le permita ser más efectivo, como demuestran sus poemas visuales repartidos, en un buen número, por la ciudad de Barcelona, pero, sobre todo, huye del discurso amargo utilizando el humor y la ironía por medio, en ocasiones, de la parodia. Su métrica suele ser la tradicional y popular.
Sus inicios poéticos tuvieron lugar durante el franquismo, ya que tras la guerra, en la que combatió por el bando republicano, tuvo que volver a hacer el servicio militar durante dos años en Salamanca. Era esta poesía primeriza de clara influencia surrealista, la cual aparece en toda su radicalidad en su obra plástica y su poesía escénica, que evolucionaría, utilizando los metros tradicionales y los tropos clásicos, hacia una manifiesta temática social y política muy crítica con el poder, tanto político como religioso, durante la época de la dictadura. Brossa ataca cualquier forma de totalitarismo comenzando por la depuración del propio lenguaje que, a fin de cuantas, es la materia de la poesía.

Como ejemplo de lo comentado os proponemos el soneto Revolució construïda, presentado en tres diferentes adaptaciones: la original en catalán, la traducción literal al castellano y una versión en castellano moldeada para cumplir las normas métricas. Este poema trata de esa preocupación del poeta por la mala dirección de quienes nos gobiernan y la necesidad de un cambio de rumbo de esta sociedad enquistada y conformista, Y es que Brossa estaba convencido de que el mundo podía cambiarse con el poder de las palabras, esos pájaros que vencen dilemas, esas estrofas que gritan, esas alas que ganan la libertad mostrando al mundo la hipocresía, la corrupción, la mentira que anida en quienes se aferran al poder mientras el mundo camina en otro sentido.
Pero profundicemos un poco más en nuestro análisis:

El poema «Revolució construïda» pertenece al libro *Flor de fletxa* (1969-1970), una colección que refleja su compromiso político y social que, en el contexto de la obra de Brossa, representa una faceta más tradicional y comprometida de su poesía, alejada de sus experimentos visuales pero alineada con su «revuelta poética» contra el establishment. Escrito en los años 60-70, durante el tardofranquismo, el poema es un alegato revolucionario que denuncia la hipocresía del poder. Brossa, influido por el marxismo y el anarquismo, utiliza la poesía como herramienta de transformación social, similar a cómo lo hicieron poetas como Bertolt Brecht o Pablo Neruda en sus obras políticas. La dedicatoria a «Guillem i Pilar» (posiblemente amigos o figuras allegadas) personaliza el mensaje, convirtiéndolo en un llamado íntimo a la acción colectiva.
El título «Revolució construïda» evoca una revolución no espontánea, sino edificada conscientemente, como una «estructura» (mencionada en el verso 2) que se opone al caos del poder opresivo. Brossa critica la manipulación del lenguaje y la cultura por parte de los poderosos, un tema recurrente en su obra, donde la poesía se rebela contra las formas totalitarias. Este soneto no es solo un lamento, sino un manifiesto que invita a la acción, reflejando el compromiso del autor con la causa catalana y antifascista. En comparación con sus poemas visuales (como los «poemes objecte»), aquí predomina la palabra escrita, pero con un impulso performativo: el poema «grita» y «abre alas», sugiriendo una dimensión oral y liberadora.
El poema es un soneto petrarquista clásico, compuesto por 14 versos endecasílabos (11 sílabas por línea, con alguna variación rítmica típica del catalán), divididos en dos cuartetos (octava): ABBA ABBA, con rima encadenada que crea un efecto de contención y tensión, reflejando la «estructura» opresiva descrita, y dos tercetos (sexta): CDE CDE, donde la rima se libera, simbolizando la expansión revolucionaria.
Esta forma tradicional contrasta con el contenido vanguardista de Brossa, creando una ironía: usa una estructura «burguesa» (el soneto) para subvertirla desde dentro. El ritmo es fluido, con cesuras que enfatizan ideas clave («Subratlla la raó // qui no la té»), generando un efecto de eco y resonancia, como el «polvo» que «resuena».
Los recursos metafóricos utilizados son variados, encontrándose metáforas y símbolos, como cuando asegura que la «estructura» representa la sociedad capitalista, construida sobre «sang i pel diner» (sangre y dinero), o evocando explotación. El «pols» (polvo) simboliza la decadencia del poder, mientras que los «ocells» (pájaros) en el terceto representan ideas liberadoras que «guanyen els dilemes» (vencen los dilemas). La «Revolució» se personifica como una necesidad absoluta, culminando en un clímax imperativo. Otro recurso es la personificación que aparece con claridad cuando la «estrofa» se anima («Estrofa, crida»), convirtiendo la poesía en un ente vivo que rechaza «ors i emblemes» (oros y emblemas, símbolos de riqueza y autoridad). Esto subraya el rol activo del arte en la revuelta. Así mismo, encontraremos la ironía y la sátira, mediante las cuales Brossa ridiculiza al poderoso que «s’omple el barret de confitura» (se llena el sombrero de confitura, es decir, se beneficia corruptamente) y se autoproclama «defensor de la cultura». Frases como «no cal fer embuts» (sin tapujos) añaden un tono coloquial y directo, rompiendo la solemnidad poética. No menos importantes son la aliteración y el sonido, algo que podremos comprobar en repeticiones como «raó… ressona» (r-sonante) o «pensament… poemes» (p-aliterativa) que crean musicalidad, reforzando el tema de la «resonancia» social. El final exclamativo e imperativo («crida», «guanya») infunde urgencia, como un grito revolucionario. Y por último, el tema y el tono, pues este pasa de descriptivo y crítico en los cuartetos a exhortativo en los tercetos, culminando en una afirmación rotunda: «res no ens cal sinó la Revolució», mientras que aquel se centra en la falsedad del poder, la usura cultural y la poesía como arma de cambio, conceptos estos que se alinean con el surrealismo brossiano que transgrede normas y cuyo mensaje sigue vigente en contextos de desigualdad, invitando a «obrir les ales» hacia un horizonte transformador.