A lo largo de nuestra vida nos envolverán miles de aromas, algunos fáciles de identificar, casi todos cotidianos, otros irán y vendrán, otros sólo pasarán una vez y desaparecerán.
Un día, a lo largo del camino, sin saber el por qué, nos preguntaremos a qué huele la vida y, aunque nos parezca imposible, no sabremos responder…
NADA ES IGUAL
Dicen que el mundo se mueve en el inmenso firmamento obedeciendo leyes físicas lejanas y misteriosas que el hombre nunca, posiblemente, alcanzará a imaginar, pero nada es igual…
Lucen estrellas por miles de millones y el infinito parece quedarse pequeño, y la luna cambia de fases, pero nada es igual…
Las olas del mar van y vienen para besar cada segundo la orilla apenas para contar tanto oleaje, pero nada es igual…
Los pájaros emigran, las estaciones se suceden, corren los ríos, fluyen las fuentes, las cosechas se suceden unas a otras, pero nada es igual…
Nace el arco iris cuando muere la tormenta, y nace la vida a los mueve meses, el sol sale por el Este, por cuatro puntos cardinales nacen y mueren los vientos, pero nada es igual…
El universo sigue creándose y la gran obra rebrota cada día entre la vida y la muerte, pero nada es igual…
Como todo contenido que guarda la frase: te quiero… nada es igual…
AGOSTO
Con su frío en el rostro camina el mes ocho con sus noches de locura estival, en los cielos lluvia de estrellas, como si todas las almas del cielo se fugaran al instante y se perdieran todas por el mismo agujero, escribiendo en sus colas fugaces todos los deseos de los de aquí abajo: los mortales, deseando amor eterno.
Indeciso el ocaso alerta a lo cotidiano cuando, por el horizonte lejano, el pintor de los meteoros dibuja de parte a parte de la bóveda celeste una tormenta de verano.
Centellas y rayos cruzan el cielo iluminando con su poder y truenos la larga y cálida tarde de agosto, mansa la lluvia se deja caer desde lo alto para besar a la madre tierra, refrescando la insistencia estival.
Entre tanta confusión aparece vestido de arlequín, con sus colores, un arco iris tendiendo su mágico puente entre el cielo y los deseos.
RECUERDO DE UNA NOCHE DE AGOSTO
Derrama la noche sus lisuras sin contemplación alguna y se pinta el cielo con rubor de luna e infinitos destellos de locura.
En el ambiente danza anónima una brisa tímida sin ninguna prisa, que desde la costa cruza tierra adentro, lastrando aromas de mar y rumor de caracolas.
Es la noche reina de encrucijadas, de lances y amoríos, refugio de pecadores, anfitriona de valientes, quimera de los creyentes, alimento para los soñadores y poetas, eucaristía diáfana para el amor; perfecta excusa para dos, es, la noche.
La armonía es patente, hasta el silencio del mismo cielo se oye, mientras aquí abajo todo sigue el orden en su desorden.
¡Ya ves! Y sin embargo no es noche perfecta, ¿Para qué quiero tanta lisura, ni la brisa del mar, ni la armonía, ni el silencio sideral, ni la inmensidad si a un centenar de metros tus labios varados están en la orilla de mi boca en esta noche de agosto que sólo recuerdo será?
SUEÑOS DE AMOR
Me vence la soñolencia y la vigilia me abandona, el letargo como una aldaba toca a la puerta de mis sueños, que deambulan en conspiración con el amor eterno.
Comienza la visión de mi fantasía, una estanque de aguas transparentes, en donde lloran la triades, sobre un ara de mármol rosa con vetas de nácar, en su centro un crisol donde funde la llama viva del amor, un pebetero de alabastro reparte aromas de inciensos, candelabros repartidos por la estancia alzan sus brazos portando pálidas y brillantes velas como pedazos de luna, danzan de forma grotesca las sombras de las llamas.
Me cruzo con una mirada cómplice y dulce agazapada en la penumbra, siento la frescura y el néctar de unos labios. Unos brazos se atan a los míos, brota la sinceridad, la lealtad, profundidad en las palabras, frases que atraviesan la vida…
De repente vuelvo a la vigilia y despierto sin apenas acordarme del sueño, ni el tiempo que he dormido; en mi mano una pluma y frente a mí unas cuartillas, en el maculado blanco del papel hay algo escrito: “por amor sueño, un sueño de amor, soñando por ti, sueño con tu amor, y soñando me olvido que al despertar he soñado contigo…”
PENSAMIENTO VESPERTINO
En los momentos que uno contempla el día cuando se marchita y va a morir por el ocaso para dar cuenta de lo acontecido cotidiano, y es la noche la que limpia virtudes y pecados, uno se da cuenta que todo nace y muere, nada hay, todo se va tal y como viene; pero algo queda… la carne a la tierra vuelve, las huellas en el camino, nuestra voz flotando en el éter, y los recuerdos superfluos de evidencias materiales; y lo que se va… la vida en forma de alma… la que abre la puerta y luego la cierra, para seguir el viaje por el deambular eterno, cambio de plano corporal… al espiritual sólo un paso… el mismo que pare venir, como para marchar… el camino es conocido en las mismas penumbras… despojado de todo… ni el hombre… sólo la siembra, trajiste labor para sembrar: amor… y debes retornar con la cosecha final… amor y nada más.
LO MÁS BELLO ENTRE EL BIEN Y EL MAL…
La luz del amanecer a tus pies se postra con sumisa y exacta puntualidad
al igual que la vida y la muerte,
alzas tu orgullo sobre tu tallo, desafiante, altiva como una emperatriz
despertando el misterio de la mañana,
desperezando tus pétalos adornados de perlas de rocío
frescos y suaves como la caricia del recién nacido,
cálidos y tímidos como los primeros besos de la adolescente,
tersos y apasionados como la pasión de una mujer,
rompes el embrujo de la policromía
con la majestuosidad de tus formas y colores,
cuentan los libros de misterios y leyendas
que fuiste pacto celestial
al verte tan bella poseerte quiso el mal,
tanto te deseaba que el bien le condenó a una cruel realidad:
vivir y morir contigo, custodiar la belleza que tanto anhelaba,
fue convertido en tus espinas,
con el fin de que el mismo mal apartara a sus detractores
de belleza tan deseada
que sólo la belleza, la armonía, la fragancia
fuera libremente contemplada
y así quiso el Gran Creador no sólo dotarte de belleza sin igual
sino ser la diosa del mismo amor,
símbolo de la pasión, de la vida, del recuerdo, del te quiero,
del adiós,
la luz del amanecer a tus pies se postra con sumisa y exacta puntualidad
al igual que la vida y la muerte
alzas tu orgullo sobre tu tallo, desafiante, altiva como una emperatriz
despertando el misterio de la mañana,
quiero imaginarte, cierro los ojos y ya estás, huelo tu fragancia
para intentar acabar la rima o la prosa,
eres la cosa más bella entre el bien y el mal, lucha de poderes
por lo bello y lo perfecto, por eso te hizo el Creador flor y la reina tú eres
del amanecer, del ocaso, de la noche, del amor, la vida, del adiós,
la armonía ganó la lucha y te llamó Rosa.